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El delantero de River Plate, Miguel Ángel Borja, ha decidido emprender acciones legales contra el Instituto Grilli de Canning a raíz de una denuncia presentada en su contra y la de su pareja por supuestos maltratos hacia sus dos hijos, de 7 y 10 años. Esta denuncia fue realizada en la Comisaría de Ezeiza, conocida como “La Unión”, luego de que un hecho en particular alertara al personal docente del colegio al que asisten los niños.

De acuerdo con fuentes cercanas al futbolista, los exámenes médicos realizados a los menores no arrojaron ningún indicio de daño físico. En paralelo, el Servicio de Niñez intervino en el caso y llevó a cabo entrevistas con los niños para obtener una mejor comprensión de su situación familiar. Tras las entrevistas, se determinó que los menores no estaban siendo víctimas de violencia ni sufrían maltratos dentro de su entorno familiar.

El informe emitido por el Servicio de Niñez fue determinante para desestimar cualquier sospecha sobre un posible maltrato. Las conclusiones fueron claras: no había signos de violencia en los niños, lo que trajo un gran alivio a Borja y a su familia, quienes esperaban con ansias que los resultados confirmaran su inocencia. Las pericias finalizaron sin contratiempos y las autoridades competentes concluyeron que no existía evidencia que apoyara la denuncia inicial. Como resultado, los menores fueron devueltos a su hogar y la familia pudo retomar su vida cotidiana sin mayores inconvenientes.

¿Qué ocurrió con Miguel Borja y su familia?

Todo comenzó cuando la directora del Instituto Grilli, donde asisten los hijos de Borja, decidió presentar una denuncia tras un episodio que le generó preocupación. El incidente que encendió las alarmas ocurrió cuando el hijo menor de Borja, de 7 años, manifestó cierto temor en la escuela luego de ser reprendido por una de sus maestras. Según los informes, el niño, tras ser regañado, pidió a la docente que no informara nada a su padre, expresando que "si lo hacía, su papá le iba a pegar". Este comentario provocó que la directora, en cumplimiento de su deber de protección hacia los menores, optara por formalizar una denuncia ante las autoridades.

Frente a esta situación, las autoridades intervinieron rápidamente, iniciando las investigaciones correspondientes para esclarecer los hechos. Se convocó a un equipo de profesionales, entre ellos psicólogos especializados en la atención de niños, quienes entrevistaron a los menores para indagar sobre la situación en su hogar. A través de estos encuentros, se buscaba obtener información detallada sobre la relación familiar y determinar si los niños estaban expuestos a situaciones de violencia o maltrato.

Una vez concluidas las entrevistas y los exámenes médicos, la fiscalía que llevaba adelante el caso decidió que no había elementos suficientes para imputar a Borja ni a su pareja por el supuesto maltrato. Los testimonios obtenidos durante las pericias descartaron la posibilidad de que los niños estuvieran siendo maltratados, lo que llevó a las autoridades a cerrar la investigación sin imponer cargos al jugador.

Borja, quien se ha mostrado muy afectado por la denuncia y las repercusiones que esta ha tenido en los medios, no ha dudado en manifestar su intención de defenderse y limpiar su nombre. Es por esto que ha decidido iniciar acciones legales contra el Instituto Grilli, responsabilizándolos por la situación y por el impacto emocional que esta denuncia ha tenido en su familia. Según sus allegados, el jugador está decidido a llevar el caso hasta las últimas consecuencias para proteger su integridad y la de su familia, quienes han vivido días de mucha angustia a raíz de los hechos.

Aunque la denuncia ha sido descartada y los niños han sido restituidos a su hogar, el caso ha dejado huella en la vida del delantero colombiano, quien, a pesar de las dificultades, continúa con su carrera en River Plate, pero con la firme convicción de aclarar cualquier duda que pueda quedar sobre su comportamiento como padre.