Un matrimonio escuchó la final de San Martín de Tucumán en la tumba de su hijo
La pasión por los colores sigue uniendo generaciones, incluso, cuando ya no están entre nosotros.
- Volanta: San Martín de Tucumán
Mientras una multitud de fanáticos de San Martín de Tucumán animaba en Rosario y otros lugares de Tucumán y el país, Miguel y Mirta Pérez se reunieron en un emotivo ritual familiar junto a la tumba de su hijo Ayrton, fallecido trágicamente a los 19 años en un accidente de tránsito mientras regresaba de un partido de su equipo. Con un parlante bluetooth, siguieron la final contra Aldosivi, honrando la pasión compartida por el "Santo" de La Ciudadela.
"Vemos todos los partidos acá", cuenta Miguel, destacando la tradición familiar que incluye a sus hijas, quienes también se acercan para compartir esos momentos. Mirta añade: "Prometimos que nunca lo dejaríamos solo". La tumba de Ayrton, apodado "Dibu", se ha convertido en un símbolo para la familia y hinchas que conocen su historia, un lugar donde la memoria y la emoción se entrelazan.
En días especiales, la lápida se adorna con una bandera con su rostro y el escudo del club, flores, globos y hasta un banco pintado en rojo y blanco, los colores del equipo. "Ya es un punto de referencia", comenta Mirta, recordando cómo otros familiares de hinchas colocaban banderas y decoraban lápidas cercanas en honor a sus propios seres queridos, creando un ambiente que parecía una cancha.
Ayrton era un chico alegre y muy querido, cuya ausencia sigue siendo sentida por su familia y amigos. "Siempre sentimos que él nos cuida", dice Miguel, conmovido. Después de un momento difícil con el parto complicado de su hija Dayana, varias personas les contaron que habían soñado con Ayrton cuidándola. "Dos personas soñaron lo mismo", añade Mirta, convencida de que su hijo sigue acompañándolos.
Al final del partido, Miguel suspira con decepción por la derrota de San Martín, pero su fe en su equipo se mantiene intacta. "Siempre logramos remontar en la segunda vuelta", asegura, y promete: "Voy a volver a escucharlo aquí". Para ellos, el recuerdo de su hijo está más vivo que nunca, compartiendo cada grito de gol y cada emoción desde su lugar sagrado, donde la pasión y el amor nunca mueren.