
Desde la niñez, el tiempo parece expandirse, y cada día está lleno de una riqueza de experiencias. Sin embargo, a medida que las personas envejecen se comienza a percibir que el tiempo se acelera, deslizándose casi imperceptiblemente de un año al siguiente. Este fenómeno, que muchos han experimentado, ha sido objeto de estudio por parte de psicólogos, neurocientíficos y físicos, quienes han tratado de desentrañar las razones detrás de esta alteración en la percepción temporal.
Cambios en la percepción del tiempo con la edad
Uno de los aspectos más intrigantes de la percepción humana es cómo cambia con la edad. En la juventud, los días, las semanas y los años parecen prolongarse, mientras que en la adultez, esa misma duración temporal parece acortarse. Esta diferencia es una sensación subjetiva. Según un informe, un niño de 10 años, que puede percibir un año como una fracción de su vida, mientras que para un adulto de cincuenta años, ese mismo año representa un lapso mucho menor en relación con su experiencia vital acumulada.
La teoría proporcional del tiempo
Un filósofo francés del siglo XIX, propuso una teoría que ha ganado popularidad entre los psicólogos y otros expertos: la teoría proporcional del tiempo. Según esta teoría, la percepción del tiempo se acorta a medida que envejecemos porque cada período constituye una fracción menor de nuestra vida. Para un niño de cinco años, un año representa el 20% de su vida, un tiempo considerable en relación con toda su existencia. Sin embargo, para alguien de cincuenta años, ese mismo año representa apenas el 2% de su vida, lo que lo hace parecer menos significativo. La teoría proporcional del tiempo ayuda a explicar por qué el tiempo parece acelerar de manera constante a medida se envejece. No obstante, esta teoría no es la única explicación para este fenómeno. De hecho, los científicos han identificado múltiples factores, tanto biológicos como psicológicos, que influyen en nuestra percepción del tiempo.