Según un estudio científico, el Alzheimer y el estrés estarían vinculados
El estudio representa un gran avance en la comprensión de las bases celulares del Alzheimer y enfatiza la importancia de la salud microglial para mantener la función cerebral general.
- Volanta: Salud
La enfermedad de Alzheimer es un trastorno neurodegenerativo progresivo e irreversible que deteriora gradualmente las funciones cognitivas, como la memoria y el pensamiento, y, con el tiempo, incapacita a las personas para realizar incluso las actividades más básicas. Se trata de la forma más frecuente de demencia entre los adultos mayores.
Hoy en día, más de 55 millones de personas en todo el mundo padecen demencia, y cada año se diagnostican aproximadamente diez millones de nuevos casos, según las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Uno de los principales retos para la ciencia es entender cómo progresa esta enfermedad, y un estudio reciente ha identificado un mecanismo crucial que relaciona el estrés celular en el cerebro con el avance del Alzheimer.
El estudio, realizado por Pinar Ayata, investigadora en el Centro de Posgrado de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY), ha revelado un hallazgo importante: la microglía oscura, un tipo de célula inmunitaria responsable de remodelar las conexiones neuronales, también genera y libera lípidos tóxicos que afectan las neuronas. El trabajo, demostró que, en modelos de ratón, la inhibición de este mecanismo previene la neurodegeneración asociada con el Alzheimer.
Este descubrimiento ha sido recibido como una gran esperanza en el campo de las terapias farmacológicas, ya que los investigadores han señalado que podría ser un objetivo clave para el desarrollo de tratamientos que puedan ralentizar o incluso revertir la progresión de la enfermedad.
¿Qué son las microglías?
Las microglías son células del sistema inmunitario presentes en el cerebro y la médula espinal. Según la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, su función principal es regular el desarrollo del cerebro, mantener las redes neuronales y reparar posibles lesiones. Estas células también son responsables de eliminar microbios, células muertas, sinapsis redundantes y agregados de proteínas que podrían dañar el sistema nervioso central.
Las alteraciones en la función de las microglías están vinculadas tanto con el envejecimiento cerebral como con diversas enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer. El estudio más reciente ha revelado que las microglías tienen un papel ambiguo: por un lado, pueden proteger la salud cerebral, pero en ciertas condiciones, como en el caso del Alzheimer, también pueden contribuir a la neurodegeneración.
En palabras de la investigadora principal del estudio, "nos propusimos entender qué son las microglías dañinas en la enfermedad de Alzheimer y cómo podemos atacarlas terapéuticamente". El equipo de investigación identificó un nuevo fenotipo de microglía que está involucrado en la neurodegeneración en Alzheimer, el cual se caracteriza por una vía de señalización asociada con el estrés celular.
El descubrimiento y sus implicaciones
La investigación descubrió que la activación de la "respuesta integrada al estrés" (ISR) en las microglías induce la producción y liberación de lípidos tóxicos. Estos lípidos no solo afectan a las neuronas, sino también a las células progenitoras de oligodendrocitos, que son esenciales para el funcionamiento cerebral y que también son muy susceptibles en la enfermedad de Alzheimer. Al bloquear esta vía de estrés o la síntesis de lípidos, los síntomas de la enfermedad de Alzheimer en los modelos de ratón mejoraron notablemente.
"La investigación revela una conexión crucial entre el estrés celular y los efectos neurotóxicos de las microglías en la enfermedad de Alzheimer", explicó la coautora principal del estudio. Además, añadió: "Abordar esta vía podría abrir nuevas oportunidades para el tratamiento, ya sea deteniendo la producción de estos lípidos tóxicos o previniendo la activación de las microglías dañinas".
Este avance podría ser un paso fundamental hacia el desarrollo de nuevas terapias que no solo frenen el deterioro cognitivo en los pacientes con Alzheimer, sino que también ofrezcan una posibilidad de mejora en la calidad de vida de quienes sufren esta enfermedad.