Se realizó el histórico traspaso de la Sede Primada de Argentina de Buenos Aires a Santiago del Estero
Este reconocimiento tiene profundas implicaciones tanto para la Iglesia como para la sociedad en general, ya que Santiago del Estero, también conocida como “Madre de Ciudades” y “Madre de Diócesis”, desempeñó un papel clave en la expansión del cristianismo en Argentina. El Papa Francisco, a través de una bula emitida el 25 de mayo de 2024, selló esta decisión, que se llevó a cabo tras un largo proceso de análisis y consulta con el Dicasterio para los Obispos.
Durante la ceremonia de acción de gracias, celebrada en la Catedral de Santiago del Estero, Monseñor Jorge García Cuerva, Arzobispo de Buenos Aires, pronunció una homilía cargada de emoción y sentido histórico. En sus palabras, García Cuerva destacó que este acto es “una reparación histórica y eclesiástica para nuestra Patria”, refiriéndose al hecho de que Santiago del Estero fue la primera diócesis en territorio argentino, y que ahora, con este reconocimiento, se le hace justicia al otorgarle la dignidad de sede primada.
“La Iglesia, al igual que Jesús, siente el llamado a salir hacia las fronteras, a mirar la realidad no desde los centros, sino desde las periferias”, afirmó Bokalic, en clara referencia al compromiso de la Iglesia con los más vulnerables y marginados de la sociedad. Santiago del Estero, al ser reconocida como sede primada, simboliza este enfoque pastoral que busca estar más cerca de aquellos que más lo necesitan.
El arzobispo también hizo una analogía entre la decisión papal y el Evangelio proclamado durante la ceremonia, que narra la curación de un sordomudo en tierras lejanas, en la Decápolis, una región considerada como “pagana” en tiempos de Jesús. “Jesús supera esas barreras y va hacia los marginados”, comentó Bokalic, aludiendo a la misión de la Iglesia de estar presente en las periferias, tanto geográficas como existenciales.
En su discurso, Bokalic también reflexionó sobre el simbolismo de la sordera espiritual y emocional que afecta a la sociedad moderna. “La incomunicación es una de las grandes miserias de nuestros días, que parece acentuarse con el progreso de la civilización”, afirmó. En este sentido, hizo un llamado a la Iglesia y a la sociedad en general a “curarse de la sordera” y a abrir los corazones para escuchar el sufrimiento de los más pobres, los enfermos, los ancianos y los migrantes.
El Arzobispo Primado destacó la importancia de la familia como el primer ámbito de comunicación y encuentro, donde se aprende a escuchar y a dialogar. “Es en la familia donde aparece la figura materna como promotora de encuentro, de diálogo, de escucha y de atención”, subrayó Bokalic. En este contexto, también resaltó el papel maternal de la Iglesia, que, como madre, debe ser capaz de escuchar, reunir y sanar a aquellos que se encuentran alejados o sufren.
Uno de los temas centrales de las intervenciones de ambos arzobispos fue el concepto de la Iglesia como madre y servidora. García Cuerva mencionó en su homilía que la Iglesia debe ser “una madre que va por el camino de la ternura”, y que debe estar siempre dispuesta a abrir sus puertas y recibir a todos, sin importar cuán alejados estén. “Estamos llamados a construir una Iglesia madre, hospitalaria, cercana y siempre de puertas abiertas para todos”, enfatizó.
Por su parte, Bokalic hizo hincapié en que la responsabilidad de Santiago del Estero como sede primada no solo es un honor, sino también un compromiso. “Recibimos el título honorífico de ser Iglesia Primada porque aquí se inició la evangelización y se creó la primera estructura eclesial que es una diócesis”, recordó, haciendo alusión a los misioneros que, desde el siglo XVI, llevaron la Buena Noticia a los pueblos originarios de la región.
En este sentido, el Arzobispo Primado llamó a la comunidad a “primerear” en la misión, es decir, a tomar la iniciativa de salir al encuentro de los demás, especialmente de los más necesitados, siguiendo el ejemplo de Jesús. “Ser primeros no es ser superiores, es ser servidores de todos”, afirmó, recordando que el liderazgo en la Iglesia no debe entenderse como un privilegio, sino como un servicio desinteresado y humilde hacia los demás.
La transferencia de la sede primada a Santiago del Estero marca un nuevo capítulo en la historia de la Iglesia argentina, y es vista por muchos como una oportunidad para renovar el compromiso pastoral de la Iglesia con las periferias, tanto físicas como sociales. En un país marcado por la desigualdad, la pobreza y las divisiones sociales, este cambio simboliza un llamado a la unidad, la fraternidad y la solidaridad.
En sus palabras finales, Bokalic expresó su deseo de que Santiago del Estero, como nueva sede primada, pueda ser un faro de esperanza para toda la nación. “Estamos llamados a ser signos de esperanza en medio de tanto desaliento, cansancio y pérdida de sentido”, afirmó, subrayando la importancia de la caridad y el servicio como pilares fundamentales de la misión de la Iglesia.
La ceremonia concluyó con una oración fervorosa a la Virgen de Sumampa, patrona de Santiago del Estero, pidiendo su protección y guía en esta nueva etapa. El título de Sede Primada no solo representa un reconocimiento histórico, sino también un llamado a la Iglesia a ser una madre cercana, servidora y hospitalaria, que esté siempre dispuesta a escuchar y sanar a los más necesitados.
Este evento marca un punto de inflexión en la historia de la Iglesia en Argentina, y abre un camino de esperanza y renovación espiritual, no solo para los fieles de Santiago del Estero, sino para toda la nación.