Se realizó el "Encuentro del Bien Común y la Amistad Social"
Analía Roxana Díaz, secretaria de Estado de Culto y Vinculación con Organizaciones de la Sociedad Civil, compartió un profundo mensaje sobre la importancia de los valores espirituales y el servicio público como herramientas para construir una sociedad más justa y solidaria.
Durante su intervención, Díaz destacó el papel esencial de las comunidades religiosas en la promoción del bien común. Resaltó cómo las iglesias llegan a los lugares más vulnerables y permanecen en ellos incluso cuando las políticas públicas terminan su ciclo:
"Ellos están donde nosotros no podemos llegar. Su trabajo trasciende nuestras gestiones y perdura en el tiempo. Es imprescindible fortalecer esta labor, porque donde hay fe, hay esperanza y transformación social", indicó.
La espiritualidad como eje de la paz social
La funcionaria también subrayó la importancia de reconocer la dimensión espiritual en las personas como un factor clave para la construcción de paz social. Relató las iniciativas impulsadas por la Secretaría, como la sanción de la ley que declara septiembre como el Mes de la Biblia: "Este año entregamos más de siete mil Biblias en cárceles, hospitales, comisarías y hogares. Hay una necesidad espiritual que no podemos ignorar. Sabemos que la fe y los valores cristianos contribuyen a construir una sociedad más pacífica y solidaria".
Díaz instó a las comunidades religiosas y a los actores sociales a no olvidar a quienes más lo necesitan: "No nos olvidemos de los que están en hospitales ni de las personas privadas de su libertad. Hay un vacío que solo Dios puede llenar, y nuestra misión es llevar esperanza y fe a cada rincón".
Una fe activa en el servicio público
En un emotivo pasaje de su discurso, Díaz habló desde su experiencia personal como mujer de fe al servicio del Estado: "Mi identidad está en Dios, y eso guía cada una de mis acciones. Antes de la política está mi fe. Como servidores públicos, debemos trabajar desde los principios y valores que nos definen, poniéndonos siempre al servicio de los demás, no para servirnos a nosotros mismos".
Finalmente, hizo un llamado a recuperar los valores fundacionales de la patria y a colocar a Dios como fuente de toda razón y justicia: "Si volvemos a esos principios, podremos construir una sociedad mejor. No tengamos miedo de reconocer nuestra fe y de actuar desde ella para transformar el mundo que nos rodea".
Un espacio para el diálogo y la acción conjunta
El Encuentro del Bien Común y la Amistad Social se consolidó como un espacio para el diálogo interreligioso y la acción conjunta, reafirmando el compromiso de las instituciones de fe y el Estado con la construcción de un futuro inclusivo, basado en la solidaridad, el respeto y los valores humanos universales.
Con estas reflexiones, Díaz dejó un mensaje claro: "La unión entre la espiritualidad, el servicio y el bien común es clave para enfrentar los desafíos sociales y fortalecer los lazos que nos unen como comunidad".