¿Por qué se empañan las ventanas en invierno? 5 trucos para evitarlo
Descubrí cómo combatir la condensación, reducir la humedad y mantener tus ventanas libres de moho con consejos prácticos para tu hogar.

- Volanta: Hogar
El invierno trae consigo un problema común en muchas casas: las ventanas empañadas. Este fenómeno, que no solo es molesto a la vista, puede ser señal de un exceso de humedad en el ambiente que podría derivar en daños mayores, como la aparición de moho y hongos. Pero, ¿qué provoca realmente este fenómeno y cómo se puede prevenir?
El empañamiento de los vidrios se produce por la condensación, un proceso físico que ocurre cuando el aire cargado de humedad toca una superficie fría, como el vidrio de las ventanas. Esta interacción genera gotas de agua que cubren los cristales, dificultando la visibilidad y afectando la calidad del aire interior.
¿Cómo mantener las ventanas secas y sin moho?
Para evitar que las ventanas se conviertan en un foco de humedad, te compartimos cinco consejos prácticos y efectivos:
Ventilá diariamente tu hogar.
Abrir las ventanas al menos 10 minutos al día permite renovar el aire y controlar la temperatura interna, evitando la acumulación de humedad excesiva.
Mantené una temperatura estable.
Los cambios bruscos de calor o frío aumentan la condensación. Lo ideal es mantener un ambiente cálido pero no excesivamente caliente.
Usá deshumedecedores.
Estos aparatos son aliados perfectos para extraer el exceso de humedad del aire, reduciendo significativamente la condensación en vidrios y paredes.
Invertí en ventanas dobles o de mejor aislamiento.
Las ventanas antiguas con marcos metálicos suelen favorecer la condensación. Cambiar a modelos con doble vidrio puede conservar mejor el calor y disminuir la humedad interna.
Tratá las paredes afectadas por moho.
Si ya hay manchas, es vital limpiar con una solución de agua y lejía antes de aplicar pinturas especiales anticondensación y antimanchas que eviten la reaparición de hongos.
¿Qué pasa si no se controla la humedad?
Las llamadas “ventanas sudorosas” no solo generan molestias visuales. La condensación puede gotear, afectar la estructura de las paredes y, en temperaturas muy bajas, incluso congelarse sobre el vidrio. Además, la presencia constante de humedad y moho puede impactar negativamente la salud respiratoria de los habitantes del hogar.
Mantener un ambiente seco y ventilado es la clave para disfrutar de un invierno cálido y saludable, sin renunciar a la claridad de tus ventanas.