La AMIA celebró sus 130 años de historia con una gala en el Teatro Colón: “Resiliencia contra el terrorismo”
El presidente de la AMIA, Amos Linetzky, destacó la importancia de estos 130 años de historia de la mutual. “Empezamos con la idea de tener un cementerio para que se cumplan nuestras ceremonias. Y llegamos a la actualidad con una organización que está insertada en la sociedad civil de Argentina.
El festejo se hizo a través de un espectáculo producido especialmente para la ocasión. “Fue una noche especial para celebrar nuestra historia. Un encuentro único para seguir proyectando nuestra comunidad y honrar los valores de solidaridad y compromiso social que nos constituyen”, explicaron los organizadores del evento.
“Es un orgullo representar los valores que trajeron nuestros antepasados al llegar al país. La AMIA es respeto, diálogo y paz -sostuvo Linetzky-. Somos convivencia pacífica y un ejemplo de resiliencia de como nos levantamos después del atentado del 18 de julio de 1994, justo cuando cumplíamos 100 años”.
En tanto, el titular de la AMIA también resaltó “la importancia de que todo el arco político y cultural se hizo presente en este festejo por los 130 años. Esto demuestra nuestra inserción en la sociedad”.
“Ante el terrorismo que nos quiere hacer desaparecer, nosotros apostamos por la vida y la paz como forma de combatir esa violencia”, sostuvo Linetzky.
El show en el Colón
Con la actuación de un ensamble compuesto por trece músicos, el espectáculo contó con la dirección musical del director de orquesta del compositor, Ezequiel Silberstein.
“Hubo una proyección de producciones audiovisuales realizadas para esta conmemoración, en la que la música será el hilo conductor para celebrar el encuentro entre lo argentino y lo judío”, indicaron.
En el espectáculo se rindió homenaje a la historia de la inmigración, y al legado artístico y cultural aún vigente en la sociedad. Según se informó, todo lo recaudado en el marco de este evento es a beneficio de los programas sociales de AMIA.
La historia de la AMIA
La AMIA fue creada en 1894 por un grupo de inmigrantes de origen judío. Al principio la asociación se llamaba Chevrah Keduscha Aschkenasi, la sociedad judía que luego se transformó en la Asociación Mutual Israelita de Argentina. En sus comienzos, una de las primeras acciones fue la fundación de un cementerio comunitario. Los primeros inmigrantes judíos pudieron cumplir así, en la nueva tierra que los albergó, con las leyes y costumbres milenarias que rigen la historia y las tradiciones de la comunidad.
En 1910 la AMIA concreta la compra para la creación del primer cementerio israelita en Liniers. En la actualidad, la institución también administra los cementerios de Tablada, Berazategui y Ciudadela
Una de las fechas históricas para la institución es el 14 de julio de 1900. Fue el día en que el presidente Julio Argentino Roca firma un decreto que otorga a la entidad su personería jurídica. A principios del siglo XX, la población judía en la Argentina asciende a 19.946 personas. Se asentaron en los principales centros urbanos del país y en pequeñas localidades de las provincias como colonias agrícolas. Allí trabajaban la tierra los “gauchos judíos”.
En 1906 la entidad cuenta con 140 socios. En el reglamento de la institución se había especificado que “el deber de cada uno de ellos es trabajar para la prosperidad de la sociedad y hacer propaganda para reunir el mayor número de adherentes posibles”.
Con la llegada de los sucesivos contingentes migratorios, las actividades de AMIA crecieron y se diversificaron. A partir de 1920, con el aumento de la población judía del país y su progresiva integración a la sociedad, la institución se convirtió en el espacio de articulación y participación de los judíos de la Argentina. La pujanza de su desarrollo quedó reflejada cuando abrió sus puertas, en 1945, su histórica casa de Pasteur 633.
AMIA fue la matriz generadora de importantes iniciativas como el Consejo Central de Educación Judía, la Federación de Comunidades Judías de la Argentina, y la Fundación Tzedaká, entre otras.
En 1959 empieza a emitirse, en canal 7, el primer programa de televisión de la AMIA, como un espacio para compartir los valores y la cultura del pueblo judío con toda la sociedad. Paloma Efrom (“Blackie”) fue una de las célebres entrevistadas del ciclo en 1965.
En 1994, para conmemorar el centenario de su creación, AMIA organizó una serie de festejos que fueron interrumpidos brutalmente el 18 de julio, cuando la sede fue blanco del terrorismo internacional. Desde entonces, la institución brega incansablemente para que los autores intelectuales y materiales del ataque sean juzgados y condenados. Año tras año, la institución desarrolla diferentes acciones de recordación y pedido de justicia para honrar la memoria de las 85 personas que fueron asesinadas en el peor ataque terrorista que sufrió la Argentina.
En medio del shock y el impacto, la AMIA sigue funcionando y atendiendo los temas urgentes de su labor social. Se improvisa, a las pocas horas de haber explotado la bomba, una sede en Ayacucho 632, que comienza a funcionar como centro de reunión e información para los familiares que buscaban a sus seres queridos
La inauguración del nuevo edificio, emplazado en el mismo lugar que el anterior, se realizó el 26 de mayo de 1999, cinco años después del atentado. Bajo el lema “Por la justicia y por la vida”, la institución reabrió oficialmente sus puertas a las 9.53, el mismo horario en que explotó la bomba. El 13 de junio de 2006, AMIA inauguró su nueva sede ubicada en Uriburu 650, donde funciona el Centro Integral de Adultos Mayores (CIAM), el área de Servicio Social, Infancia, Discapacidad, Voluntariado, el Servicio de Empleo AMIA, y el Programa Valor.