La calle duele más en invierno: El dolor frío y silencioso de vivir sin techo
Un recorrido nocturno donde la empatía se transforma en abrigo para quienes más lo necesitan.

- Volanta: Buscando Sonrisas
La noche tucumana no perdona. Apenas cae el sol, el frío cala los huesos con una crudeza que te obliga a buscar abrigo. Mientras me pongo el camperón, la bufanda y los guantes, no puedo dejar de pensar en quienes no tienen nada para cubrirse. ¿Cómo sobreviven los que duermen a la intemperie, los que no tienen ni techo, una cama, ni un plato caliente?
Me sumé a la agrupación Buscando Sonrisas, que todos los miércoles recorre las calles con una misión silenciosa y conmovedora: llevar viandas, abrigo y compañía a personas en situación de calle. Nos encontramos en la Plaza Belgrano, punto de partida de una noche donde la solidaridad desafía al invierno.
Apenas comenzamos el recorrido, nos encontramos con Miguel, un hombre en el Parque Avellaneda, envuelto en una frazada gastada, con la mirada perdida en el suelo helado. Al recibir su comida, nos confesó entre lágrimas: "No tengo ni DNI..." Un detalle burocrático que se vuelve moneda común cuando vivís en la calle. Nos detuvimos unos minutos, lo escuchamos, lo abrigamos un poco solicitándole que se resguarde del frío. Y seguimos. Con el corazón encogido, pero con la certeza de que estar, aunque sea unos minutos, ya cambia algo.
A pocos metros, se acercó un joven. Tenía 36 años y una historia atravesada por la salud mental. "Podría estar en un albergue, pero no puedo por mis problemas psicológicos", nos dijo con honestidad brutal. Nadie lo juzga. La calle es una trinchera invisible, y cada uno sobrevive como puede. Más que comida o abrigo, a veces lo que más necesitan es un abrazo sin prejuicios.
Avanzamos hacia otras zonas. En una garita de colectivos nos encontramos con una familia entera, entre ellos un excombatiente de Malvinas. En otra plaza, una pareja dormía entre cartones. En cada parada, las historias dolían más. Pero también, nos enseñaban.
Donar abrigo, ofrecer calor humano
La tarea de Buscando Sonrisas no es sencilla. Requiere no solo alimentos, ropa, frazadas, calzado, productos descartables... sino sobre todo ganas de mirar de frente una realidad que muchos prefieren ignorar. Porque acompañar en el frío implica también hacerse cargo del abandono social.
Este grupo de voluntarios no baja los brazos. Con recursos justos y corazones grandes, cada miércoles salen a buscar a quienes el sistema olvida, para darles al menos una noche con un poco de dignidad, con una comida caliente y una palabra amiga.
Y vos también podés ser parte. Si querés colaborar, podés hacerlo con donaciones o simplemente sumándote una noche, donando un par de horas. Podés contactarte a través de sus redes sociales, Facebook, Instagram o con Débora al 3813949560.