Jujuy de fiesta: Hoy celebramos el Día Nacional del Carnavalito

Desde hace más de cuatro décadas se celebra una tradición muy especial llamada el Día del Carnavalito, una festividad que rememora el fallecimiento de Edmundo Zaldívar en 1978, un músico argentino inmortalizado por su obra “El Humahuaqueño”.

Esta emblemática canción, que se ha convertido en una de las más representativas de la región de la Quebrada de Humahuaca, es una pieza clave en la identidad cultural de Jujuy. No solo en su tierra natal, sino también en diversos rincones del mundo, esta melodía sigue siendo un símbolo de la cultura jujeña, llevando consigo la esencia de los pueblos de los Andes.

“El Humahuaqueño”: La canción que transcendió fronteras

El Carnavalito, que coincide con el fervor de las celebraciones carnavalescas, es una fecha donde la música, la danza y las tradiciones se mezclan con el recuerdo de Zaldívar. “Llegando está el Carnaval, quebradeño, mi cholita, fiesta de la quebrada humahuaqueña para bailar…”, comienza esta canción tan característica, que no necesita mucha introducción, ya que sus versos son conocidos por casi todos los habitantes del noroeste argentino. No es de extrañar que hoy en día, “El Humahuaqueño” haya sido versionado en más de 20 idiomas, demostrando su alcance global.

El Carnaval de Jujuy: una fiesta cultural que celebra la Identidad

En el contexto actual, el Día del Carnavalito no solo es una fecha que honra la memoria de Zaldívar, sino también la vibrante celebración del Carnaval de Jujuy, uno de los más importantes y coloridos del país. En cada rincón de la provincia, la festividad se vive con entusiasmo, donde la música de los pueblos originarios y las danzas folclóricas se mezclan con las comparsas, las máscaras y los disfraces. Las calles se llenan de energía con el ritmo de la música jujeña acompañando a miles de personas que se suman a las festividades, tanto locales como turistas.

Las celebraciones en Jujuy son una explosión de colores y sonidos, y el Carnavalito forma parte de esta explosión cultural. En las montañas y valles de la Quebrada, la música de Zaldívar sigue viva, como un legado que conecta a las generaciones pasadas con las actuales, celebrando el mestizaje cultural y el renacimiento de las costumbres ancestrales que marcan la identidad jujeña.