Hermanos enfrentan 13 años por engañar a jubilados tucumanos
Comenzó el debate oral y público contra los imputados como coautores de los delitos de privación ilegítima de la libertad y estafas reiteradas.

- Volanta: Juicio por estafas
Este miércoles 23 de abril dio inicio el juicio oral y público en contra de los hermanos Diego Hugo Córdoba y Federico Nicolás Córdoba (33). Ambos están acusados de estafar a jubilados, a quienes engañaban para apoderarse de su dinero y bienes. Según la teoría del caso, se hacían pasar por empleados del PAMI y se ofrecían para el cuidado y la realización de trámites para así ganar su confianza. La causa fue investigada por la Unidad Fiscal de Delitos Complejos, dirigida por Mariana Rivadeneira.
En esta oportunidad, el Ministerio Fiscal estuvo representado por la auxiliar de fiscal Brenda Deroy. “La causa tiene la particularidad de que las víctimas son adultos mayores. Estas personas se han visto vulneradas, en algunos casos, de su libertad y también han sido despojadas de su patrimonio”, manifestó la investigadora en su alegato de apertura. “Son testimonios vivos de la manera en la que los abuelos afrontan con fragilidad la criminalidad de esta nueva era”, agregó y aseguró: “Vamos a escuchar cómo han sido presa fácil de los acusados, donde se ha abusado de su confianza y hasta de su cariño para lograr apoderarse de sus patrimonios”.
A continuación, Deroy relató los tres hechos imputados (ver aparte) e indicó que a los hermanos se les atribuye ser coautores del delito de privación ilegítima de la libertad doblemente agravada por la condición de víctima mayor de edad y que no puede valerse por sí misma, en concurso real con el delito de estafas reiteradas. En efecto, precisó que la pena pretendida por el Ministerio Fiscal es de 13 años de prisión de cumplimiento efectivo. Por su parte, la defensa solicita la absolución.
A lo largo del debate, la Fiscalía presentará a 12 testigos. Por ejemplo, en esta primera jornada declaró una de las víctimas, un militar retirado del Ejército, de 83 años, que expresó que los Córdoba “son unos atorrantes” y se conmovió hasta las lágrimas al recordar lo ocurrido. En los próximos días continuarán las rondas de evidencias testimoniales.
Hecho 1
Los hermanos Córdoba, haciéndose pasar por empleados del PAMI y simulando ser enfermeros, se presentaron ante una mujer y se ofrecieron para ayudarla con su abuelo de 83 años que se encontraba en silla de ruedas, en la realización de trámites para la obtención de medicamentos en el PAMI, llevarlo a las consultas médicas y a cobrar su jubilación. Para ello, y mediante engaños, generaron un vínculo de confianza a los fines de que el anciano les entregara poderes de administración y disposición de bienes. El 15 de mayo del 2024, se presentaron en la casa del abuelo, en Villa Alem, y tras manifestar que tenían que llevarlo al kinesiólogo, lo trasladaron a un domicilio en la localidad de los Quemados (Leales), sin informar a la familia. Lo mantuvieron oculto durante seis días y lo llevaron al banco para cobrar un plazo fijo por $ 11.784.112, apropiándose del dinero.
Hecho 2
Durante el 2023, los acusados comenzaron un acercamiento con una vecina de 76 años y ofrecieron ayudarla en asuntos jurídicos, cobro de deudas y realización de trámites en PAMI y en el banco. Para ello, se ganaron su confianza visitándola en su casa, llevándola en varias oportunidades a realizar trámites en PAMI y en el banco para que cobre su jubilación. También hablaron con un abogado sobre una sucesión que tiene, consiguiendo que la víctima les entregara $ 26.000 pesos para gestionar una deuda y otros montos por $ 870.000 para los trámites. En tanto que su hija les hizo transferencias por $ 246.500 para que le dieran a su madre, pero no le entregaron la totalidad, faltando $ 126.000.
Hecho 3
Los Córdoba son vecinos de un señor de 74 años y su esposa de 64, y desde aproximadamente octubre del 2023 comenzaron un acercamiento con ambos con la finalidad de ganarse su confianza. El hombre les comentó sobre un juicio por un accidente laboral y le ofrecieron ayudarlo garantizando que iba a cobrar $ 3.000.000. Para la gestión y el cobro, le pidieron $ 1.200.000. Los llevaron hasta el banco y tomaron dos préstamos (de $ 138.000 y $ 104.000). Además, la víctima sacó un préstamo de $ 200.000 con una vecina, plata que les entregó a los hermanos. Asimismo, uno de los acusados se presentó en la casa de una prestamista y, haciéndole creer que había sido enviado por la víctima, tomó un préstamo por $ 100.000, quedándose con el dinero.