¿El estrés realmente aumenta la presión arterial? Lo que necesitas saber
¿Alguna vez te has preguntado si el estrés puede afectar tu presión arterial a largo plazo? Aquí te contamos lo que realmente sucede cuando tu cuerpo está bajo tensión.
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- Volanta: Salud
El estrés puede hacer que nuestra presión arterial suba de forma temporal cuando estamos muy tensos. Sin embargo, no está claro si este aumento de presión persiste a largo plazo. Los expertos han encontrado que hacer ejercicio de manera regular, entre tres y cinco veces por semana durante 30 minutos, ayuda a reducir el estrés. En el caso de las personas que ya tienen hipertensión, controlar el estrés podría colaborar en la disminución de la presión arterial.
Cuando nos sentimos estresados, el cuerpo responde de inmediato liberando hormonas que hacen que el corazón lata más rápido y los vasos sanguíneos se estrechen, lo que provoca un aumento en la presión arterial. Aunque este efecto es temporal, no hay evidencia de que el estrés cause hipertensión crónica. No obstante, si no se maneja bien, el estrés puede generar un aumento de la presión arterial y aumentar el riesgo de sufrir un ataque al corazón o un ACV.
Comportamientos que aumentan la presión arterial bajo estrés
Algunos hábitos vinculados al estrés pueden elevar la presión arterial. Por ejemplo, el abuso de alcohol y cafeína, una alimentación poco saludable, comer en exceso o no hacer suficiente ejercicio. También hay condiciones emocionales asociadas al estrés, como la ansiedad y la depresión, que, aunque no están directamente relacionadas con la hipertensión, pueden contribuir a que las arterias se dañen debido a las hormonas liberadas bajo tensión.
Si bien la presión arterial vuelve a la normalidad una vez que el estrés desaparece, estos aumentos momentáneos pueden llevar a problemas graves, como un ataque al corazón o un accidente cerebrovascular, además de dañar con el tiempo los vasos sanguíneos, el corazón y los riñones.
Controlar el estrés no garantiza que la presión arterial baje en todos los casos, pero sí puede mejorar la salud de manera general. Aprender a manejar la tensión emocional podría llevar a tomar decisiones más saludables, lo que con el tiempo podría reducir la presión arterial.
Cómo manejar la estrés
Organiza tu tiempo: Si tienes mucho que hacer, mira qué puedes delegar y planifica menos actividades que no sean esenciales. No tengas miedo de pedir ayuda.
Respira profundamente: Hacer respiraciones profundas y lentas te puede ayudar a sentirte más tranquilo.
Haz ejercicio regularmente: Moverte es una de las mejores formas de reducir el estrés. Asegúrate de hablar con tu médico antes de comenzar una rutina de ejercicios, especialmente si ya tienes problemas de presión arterial.
Prueba la meditación o el yoga: Estas prácticas te pueden ayudar a desconectar y relajarte.
Duerme lo suficiente: El cansancio empeora la percepción del estrés. Un buen descanso es esencial.
Revisa tu forma de ver los problemas: En lugar de quedarte atrapado en los problemas, trata de verlos como algo que puedes resolver. Acepta cómo te sientes y luego busca soluciones.
Cada persona es diferente, por lo que es importante encontrar las formas de manejar el estrés que mejor se adapten a ti. Esto no solo puede ayudarte a sentirte mejor, sino que también puede tener un impacto positivo en tu presión arterial y bienestar general.