Cómo los aires acondicionados afectan las vías respiratorias: consejos para prevenir

El calor del verano hace que el aire acondicionado sea esencial para mantenernos frescos, pero es importante usarlo con precaución. El aire acondicionado enfría y elimina la humedad del aire, lo que puede ser muy agradable, pero si no se utiliza adecuadamente, puede afectar nuestras vías respiratorias. El aire seco que genera puede causar irritación en las mucosas, provocando tos, picazón en la garganta y congestión nasal, sobre todo cuando se usa durante la noche.

Además, estos equipos pueden acumular polvo, ácaros y otros alérgenos que aumentan los riesgos de alergias y agravan condiciones como el asma o la rinitis. Las personas con un sistema inmunológico más sensible, como niños y ancianos, son más susceptibles a estos efectos, lo que hace aún más importante el mantenimiento de los aparatos.

Riesgos para personas con enfermedades respiratorias

Las personas con enfermedades respiratorias como la EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) y el asma deben tener especial cuidado con el uso del aire acondicionado. Para los pacientes con EPOC, el aire seco puede dificultar la respiración y agravar los síntomas. Esta enfermedad crónica afecta la capacidad pulmonar y aumenta la vulnerabilidad a infecciones respiratorias, por lo que se recomienda mantener el ambiente fresco pero bien humidificado. En el caso de los asmáticos, el aire frío o seco del aire acondicionado puede irritar las vías respiratorias y desencadenar crisis asmáticas o empeorar síntomas como la tos y la falta de aire. Se aconseja mantener una temperatura de 24°C para evitar estos problemas.

La importancia del mantenimiento

Es esencial realizar un mantenimiento adecuado del aire acondicionado para evitar la propagación de alérgenos y garantizar su funcionamiento óptimo. Limpiar y cambiar los filtros regularmente ayuda a reducir la cantidad de polvo en el aire, lo que contribuye a un ambiente más saludable.

Además:
- Mantener una temperatura moderada: Ajustar el aire acondicionado a una temperatura cómoda (entre 22°C y 24°C) para evitar grandes diferencias de temperatura al salir al exterior.
-Mantenimiento frecuente: Limpiar o cambiar los filtros del aire acondicionado mensualmente para reducir alérgenos y mejorar la calidad del aire.
-Ventilar el espacio: Abrir las ventanas para permitir la entrada de aire fresco y reducir la concentración de contaminantes en el ambiente cerrado.
-Hidratarse adecuadamente: Beber suficiente agua durante todo el día para mantener las mucosas húmedas y proteger las vías respiratorias.

El aire acondicionado es una gran herramienta para sobrellevar los días calurosos, pero usarlo de manera responsable y con mantenimiento adecuado es esencial para no comprometer nuestra salud respiratoria. Si tienes alguna condición respiratoria o experimentas síntomas al pasar mucho tiempo en ambientes con aire acondicionado, es importante consultar a un neumonólogo. La calidad del aire influye directamente en nuestra salud pulmonar, y con algunos cuidados podemos disfrutar del verano de manera segura.