¿Comés bien? Estos 6 mitos nutricionales podrían estar engañándote
Descubrí las falsas creencias que afectan tu salud y cómo alimentarte mejor.

- Volanta: Salud y bienestar
En la búsqueda de una dieta saludable, circulan muchos mitos nutricionales que confunden y pueden perjudicarte. La nutricionista Silvina Tasat aclara las ideas equivocadas más comunes para que tomes decisiones informadas.
Mitos frecuentes que debes conocer
1. “El arroz integral engorda menos que el arroz blanco”
Falso. La diferencia no está en las calorías (que son prácticamente las mismas en ambos tipos), sino en la calidad nutricional.
-El arroz integral conserva el salvado y el germen del grano, lo que significa que tiene más fibra, vitaminas y minerales.
-Esa fibra ayuda a una mejor digestión y a mantener la saciedad por más tiempo, pero no significa que tenga menos calorías.
Conclusión: No engorda menos, pero sí es una opción más nutritiva.
2. “El pan engorda, es mejor comer galletitas”
Falso. Muchas veces se piensa que las galletitas son más “light” por ser pequeñas o crocantes, pero en realidad:
-Las galletitas industriales suelen contener más grasa, muchas veces grasas trans, que son perjudiciales para la salud cardiovascular.
-Además, suelen tener más azúcares y más calorías por porción que un pan común.
-Y como parecen más livianas, se come más cantidad sin darse cuenta.
Conclusión: El pan es una opción más saludable si se consume con moderación.
3. “No hay que comer pollo porque tiene hormonas”
Falso. Este es un mito muy extendido, pero:
-La legislación argentina prohíbe el uso de hormonas en la cría de aves.
-SENASA (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) no ha detectado hormonas en los controles oficiales en los últimos 10 años.
Conclusión: El pollo que se consume habitualmente es seguro y no contiene hormonas.
4. “El pan tostado engorda menos que el fresco”
Falso. La tostada no pierde calorías al calentarse. Lo que ocurre es un cambio en su estructura:
-Se seca y se vuelve más crocante, lo que puede dar la sensación de ser más liviana.
-Al “dextrinizarse” (proceso donde el almidón se transforma), el pan tostado se vuelve más fácil de digerir.
-No obstante, sigue teniendo las mismas calorías que el pan sin tostar.
Conclusión: No engorda menos, solo cambia su textura y digestión.
5. “Tomar jugo es igual que comer fruta”
Falso. Cuando se exprime una fruta:
-Se pierde la mayor parte de la fibra (que está en la pulpa y la cáscara).
-El jugo concentra azúcares simples que se absorben muy rápido.
-Además, las vitaminas se oxidan rápidamente cuando están expuestas a la luz y al aire.
Conclusión: La fruta entera, especialmente con cáscara, es mucho más saludable que un jugo.
6. “Las harinas blancas causan hinchazón, alergias y celiaquía”
Falso. Este es un mito muy popular, alimentado por dietas sin fundamento:
-El gluten (presente en trigo, avena, cebada y centeno) solo afecta a personas con celiaquía, alergia al trigo o sensibilidad al gluten.
-En personas sanas, el gluten no causa daño alguno.
-Eliminar harinas sin necesidad puede generar déficits nutricionales y es una decisión que debe hacerse con asesoramiento médico.
Conclusión: No es necesario eliminar las harinas si no hay una condición médica diagnosticada.