Científicos argentinos descubrieron que el mosquito Aedes Aegypti se volvió resistente a las fumigaciones gracias a una mutación
Argentina cerró la última temporada de dengue 2023-2024 con números récord en su historia: 583.297 casos confirmados y 419 fallecidos. El incremento fuerte de los contagios es una situación que también ocurre en el resto del América Latina. Estos datos brindados por el Ministerio de Salud de la Nación abarcan desde la Semana Epidemiológica (SE) 31 de 2023 hasta la 30 de 2024. Ante estas cifras preocupantes, la entidad sanitaria nacional y expertos en epidemiología ya analizan distintas estrategias para combatir al vector de la enfermedad, el mosquito Aedes aegypti en la región norte y centro del país. Uno de los últimos avances en este sentido tiene que ver con un estudio científico llevado adelante por especialistas del CONICET, de la Fundación Mundo Sano y del Instituto Oswaldo Cruz, realizada en Río de Janeiro (Brasil), en el que identificaron una mutación genética que le brinda una alta resistencia a los insectos Aedes aegypti cuando se les aplican insecticidas del grupo de los piretroides.
“El dengue ha tenido desde el año 2009 una explosión increíble en el país y la región. Antes era una enfermedad restringida a las provincias del norte de Argentina pero ahora que ha llegado a la región central y sobre todo en Buenos Aires, la enfermedad se ha expandido a niveles récord. Para comprender las razones de cómo cuesta eliminarlo, hemos realizado un estudio que demuestra la capacidad que tiene el mosquito Aedes aegypti en resistir el efecto de insecticidas del grupo de los piretroides”, explicó la doctora en Ciencias Biológicas por la Universidad de Buenos Aires y científica del Conicet, Laura Harburguer.
Desde que comenzaron a registrarse los primeros casos de dengue en el país en el año 1998, se utilizaron insecticidas del grupo de los piretroides (permetrina en particular) para el control del mosquito Aedes aegypti que transmite esta enfermedad.
¿Qué es la permetrina?
La permetrina es una sustancia química sintética que se usa como insecticida y acaricida, así como repelente de insectos. Pertenece a la familia de los piretroides, compuestos con acción neurotóxica sobre diversos parásitos.
Pero en el año 2013, distintos estudios de campo en el control del mosquito vector del dengue encendieron las alarmas de los científicos, cuando detectaron en una de las zonas endémicas del Aedes aegypti, que la aplicación de piretroides en distintas fumigaciones, no producía un descenso significativo en la población del mosquito.
“Durante varios meses hicimos distintos estudios de campo en la ciudad de Orán, en Salta. Y colegas de la Fundación Mundo Sano hicieron lo mismo en Tartagal (Salta), Clorinda (Formosa) y Puerto Iguazú (Misiones). En las cuatro ciudades hemos seguido al mosquito responsable de diseminar el dengue e identificamos mediante varios ensayos toxicológicos, que estos insectos registran una mutación genética que los hace más resistentes al efecto de insecticidas del grupo de los piretroides”, detalló Harburguer, que es directora del estudio e investigadora del CONICET en el Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa.
Cómo combatir el mosquito Aedes Aegypti
Se sabe que la lucha contra el dengue involucra combatir el mosquito Aedes aegypti, que es el vector de esta enfermedad. Pero esa lucha debe ser en forma integral, es decir, combinando distintos métodos para que se logren resultados efectivos.
No sirve solamente descacharrizar, o solamente ponerse repelente o un vacuna en el cuerpo o fumigar. Todas las acciones deben realizarse en forma conjunta y coordinada. Pero en el caso de fumigar, los expertos notaron que esa actividad no ha dado buenos resultados en los últimos tiempos. Y ahora saben por qué. Y es por esta mutación genética que los hizo más resistentes a los insecticidas que se están utilizando.
“Encontramos que todas las poblaciones de Aedes aegypti colectadas en campo eran susceptibles, es decir, tenían un 100% de mortalidad a un compuesto que se llama pirimifosmetil, que es un órgano fosforado y que se puede proponer como una nueva estrategia de control”, destacó Harburguer. Según contó la experta, el pirimifosmetil no está aprobado aún en Argentina, pero sí en varios países y está recomendado por la Organización Mundial de la Salud para su uso en el control de Aedes aegypti.
“No podemos pensar en soluciones mágicas y esperar que el insecticida nos salve. Debemos combatir al mosquito con otras medidas sanitarias desde el Estado hasta la sociedad. Y hay que recordar que los insecticidas no son preventivos. Se aplican en época de epidemia. Se aplican cuando está el mosquito circulando. El mosquito lo vamos a tener siempre. No lo vamos a poder eliminar. Pero debemos controlarlo”, remarcó la especialista.