Adolescentes rebeldes: 5 consejos para tener una mejor relación
Lidiar con adolescentes rebeldes puede ser un desafío, ya sea en el hogar, la escuela o el lugar de trabajo. Sin embargo, es fundamental reconocer que esta etapa es crucial en el desarrollo humano, ya que es el momento en que se moldea la personalidad y se define la identidad del individuo.
- Volanta: Bienestar
Durante la adolescencia, los jóvenes experimentan una transformación profunda, buscando independencia y autonomía. Aunque pueden ser considerados niños en sus ámbitos cercanos, ellos sienten una necesidad imperiosa de establecer su propia identidad y separarse de la influencia familiar.
Este proceso de desconexión puede generar conflictos en el seno familiar, llevando a los jóvenes a expresar su malestar y frustración en contextos extra-familiares. Es aquí donde los educadores, profesionales y líderes comunitarios pueden desempeñar un papel fundamental en la guía y orientación de estos jóvenes.
Es esencial comprender que la rebeldía adolescente no es solo una fase, sino una oportunidad para que los jóvenes exploren su individualidad y desarrollen habilidades importantes para la vida adulta. Al brindar apoyo y comprensión, podemos ayudar a los adolescentes a desarrollar su identidad y autoestima, aprender a manejar conflictos y emociones, establecer relaciones saludables y significativas y descubrir sus pasiones y intereses, convirtiéndose en adultos seguros, responsables y exitosos.
Cómo podemos tratar con adolescentes rebeldes:
Acercarnos a los adolescentes rebeldes desde un punto de vista productivo, es posible para mejorar la comunicación y la conexión con los jóvenes. Cómo lo hacemos:
Establecimiento de disciplina positiva. Los límites adecuados y negociados, el conocimiento de las consecuencias si no se cumplen y la constante comunicación para llegar a acuerdos sensatos serán elementos básicos para crear un entorno de respeto mutuo.
Mejora de la educación. Hay que invertir tanto tiempo y tanta energía como tengamos en que los chicos se eduquen, vayan a clase, aprenda y mejoren su formación emocional. Es la forma más eficaz de que encaucen su comportamiento, conecten consigo mismos y también con las personas de su entorno.
Toma firme de decisiones. Cuando se toma una decisión, por dura que sea, hay que ser firmes en ella. Si cedemos y no predicamos con el ejemplo, no le estamos haciendo un favor al adolescente. Por tanto, hemos de comportarnos como nos gustaría que hicieran ellos.
Evitar las comparaciones. Se dice que siempre son odiosas. Si estamos constantemente comparando a unos adolescentes como otros, podemos dañar la autoestima de aquellos jóvenes que salen perjudicados. Esa situación indeseada los puede volver más desafiantes y rebeldes.
Evita presiones que no son necesarias. A veces ponemos metas en los adolescentes que realmente ellos no desean tener. Por eso debemos hablar con los chicos, conocer cuáles son sus objetivos, ayudarles a decidir y permitir que sean ellos mismos quienes avancen, siempre con nuestra ayuda y guía, pero permitiendo que los jóvenes puedan sentir que son ellos quienes prosperan, quienes van logrando sus finalidades, sin que nosotros volquemos frustraciones o deseos que tal vez ellos no desean.