A 81 años de la tragedia que marcó a todos los argentinos

El 15 de enero de 1944, San Juan sufrió el terremoto más devastador en la historia de Argentina. Un sismo de gran magnitud que causó la muerte de aproximadamente 10.000 personas y destruyó casi el 80% de las construcciones de la ciudad. Este trágico evento cambió por completo la forma en que se entendió y se abordó la sismicidad en el país, dejando una huella imborrable en la memoria colectiva.

Vicente Canto, quien sobrevivió a ese desastre, tenía solo 12 años cuando ocurrió la tragedia. Hoy, con 93 años, rememora aquella noche llena de miedo junto a su familia. "Cuando comenzó el temblor, salimos corriendo al centro de la calle. El suelo se movía de una manera que jamás había experimentado. A veces sentíamos que retrocedíamos en vez de avanzar, ya que la tierra se desplazaba en todas direcciones", recordó emocionado.

A las 20:52, un sismo de magnitud 7 y una intensidad de 9 grados en la escala Mercalli Modificada sacudió San Juan. El epicentro fue ubicado cerca de la localidad de La Laja, a unos 20 kilómetros al norte de la ciudad, con una profundidad estimada entre 11 y 16 kilómetros.

Para Rodolfo García, director del Instituto Nacional de Prevención Sísmica (INPRES), "el terremoto de 1944 representó un hito fundamental en la historia sísmica de nuestro país". En ese entonces, las construcciones en San Juan eran mayormente de adobe y carecían de normas de seguridad, lo que las hacía extremadamente vulnerables. "Tras esa tragedia, comenzó un exhaustivo estudio científico sobre el fenómeno sísmico, lo que permitió desarrollar las primeras normas de ingeniería sismorresistente", añadió García.

Vicente también recuerda que hubo señales que parecían anticipar lo que sucedería. "Nuestro perro estaba muy inquieto antes del sismo, no paraba de ladrar y llorar. Además, el clima había cambiado drásticamente: el día anterior el cielo se nubló, llovió ligeramente y la temperatura descendió considerablemente, algo que no es común en enero", contó.

La magnitud de la destrucción fue colosal, y la pérdida humana inmensa en una ciudad como San Juan, que en ese momento tenía solo 90.000 habitantes. No obstante, a partir de esa tragedia surgió una lección crucial. "El terremoto de 1944 fue el más devastador, pero también impulsó avances importantes en la construcción de edificios más seguros. Hoy en día, San Juan es una de las provincias mejor preparadas para enfrentar sismos", explicó Juan Pablo Milana, geólogo e investigador del CONICET.

Hoy, a 81 años de aquella catástrofe, San Juan no solo recuerda a las víctimas, sino también el legado de resiliencia y transformación que convirtió a la provincia en un referente de prevención sísmica y seguridad.