De un gazebo a un puesto: la emotiva historia de una vendedora de choripanes
Con sacrificio y trabajo en familia, Yanina hizo crecer su negocio de choripanes y hoy celebra un nuevo local con todas las comodidades.

- Volanta: Paseo gastronómico
En el corazón de Tucumán, la historia de Yanina Casola y su emprendimiento familiar inspira a quienes creen en el poder del esfuerzo y la perseverancia. Hace ocho años, la venta de choripanes era apenas un sueño que se materializaba en un pequeño gazebo instalado sobre la vereda, enfrentando día a día el clima adverso y la falta de recursos básicos.
Aquel comienzo humilde estuvo marcado por obstáculos que muchos no superarían: la lluvia constante, la ausencia de electricidad y un espacio improvisado para recibir a los clientes. Pero Yanina y su familia nunca bajaron los brazos. Movidos por la esperanza y el deseo de crecer, siguieron apostando al trabajo duro.
De la adversidad a la consolidación: el salto al Paseo Gastronómico
Hoy, ese sacrificio tiene rostro y lugar definido: un moderno puesto dentro del conocido Paseo Gastronómico de la ciudad, equipado con luz eléctrica, baños y un ambiente cómodo para quienes disfrutan de sus tradicionales choripanes. Más que un local, representa el fruto de años de dedicación y el símbolo tangible de una familia que se mantuvo unida en cada paso del camino.
“Cada choripán lleva el amor y el esfuerzo de toda la familia”, comenta Yanina, orgullosa de que la receta original es elaborada por su padre, el verdadero artífice detrás del sabor único que distingue a este emprendimiento. La pasión y el compromiso se transmiten en cada bocado, haciendo que el puesto no sea solo un negocio, sino un legado familiar que promete seguir creciendo.
Esta historia es un claro ejemplo de cómo la constancia, el trabajo en equipo y la unidad familiar pueden transformar un pequeño sueño en un éxito real dentro del competitivo mundo gastronómico.