Siria tras la caída de Bashar al-Assad: una región en redefinición
El Medio Oriente vive un momento clave tras la caída del gobierno de Bashar al-Assad en Siria, un evento que altera los equilibrios geopolíticos de una región marcada por décadas de conflicto. Leila Mohana, especialista en Relaciones Internacionales y docente en la UNT, analiza las implicancias políticas, económicas y sociales de este cambio histórico.
- Volanta: Análisis
Según Mohana, la situación actual en Siria tiene raíces en los levantamientos populares de 2011, en el marco de la llamada Primavera Árabe. A diferencia de países como Libia, Egipto y Túnez, donde los gobiernos cayeron, el régimen de Bashar al-Assad logró mantenerse en el poder gracias al apoyo de potencias globales como Rusia e Irán. “El conflicto sirio se convirtió en un tablero donde chocaron intereses de potencias globales y regionales. Estados Unidos y Rusia se alinearon en bandos opuestos, mientras que Turquía, Irán y Arabia Saudita jugaron sus propias cartas en busca de influencia”, explicó la experta en La Mañana del Plata.
Sin embargo, el reciente ascenso al poder del grupo Hayat Tahrir al-Sham (HTS), clasificado previamente como organización terrorista, ha marcado un punto de inflexión. “HTS ha intentado legitimar su liderazgo con una retórica que promete gobernar para todos los sirios, dejando atrás las divisiones sectarias que ellos mismos alimentaron en el pasado”, señaló Leila Mohana.
Cambios en el equilibrio de poder
La caída de Assad beneficia a actores clave como Turquía, que siempre ha tenido intereses en el norte de Siria para frenar el avance de los kurdos, considerados enemigos por el gobierno de Erdogan. También fortalece a Israel, que podría consolidar su control en áreas disputadas como los Altos del Golán.
“Israel ha utilizado este vacío de poder para justificar sus incursiones en la región, argumentando que son medidas preventivas para asegurar su frontera”, explicó Mohana en Radio del Plata-93.9. Además, el debilitamiento de actores como Irán y Hezbollah, aliados históricos del régimen sirio, puede ser una ventaja estratégica para Israel.
Impactos económicos globales
En términos económicos, Mohana considera que las consecuencias inmediatas de este conflicto serán limitadas, dado que Siria no es un actor clave en el mercado petrolero global. Sin embargo, advirtió que el cambio en el equilibrio de poder en el Medio Oriente podría tener repercusiones indirectas.
“El foco económico mundial está más ligado a cómo se reconfigurarán las relaciones internacionales a partir de enero, con el regreso de Donald Trump al poder en Estados Unidos”, afirmó. Según la especialista, Trump podría intentar desactivar conflictos internacionales, como el de Ucrania, para centrar su atención en China, lo que podría alterar los intereses de actores como Rusia en Siria.
Perspectivas para el futuro
HTS ha establecido un gobierno de transición que se mantendrá hasta marzo de 2025, con la promesa de convocar elecciones posteriormente. No obstante, la legitimidad de este nuevo liderazgo y su capacidad para estabilizar el país siguen siendo inciertas.
“Siria enfrenta un reto monumental: superar décadas de conflictos sectarios, reconstruir sus instituciones y definir su lugar en un Medio Oriente que ha cambiado significativamente en los últimos años”, concluyó Mohana.
El futuro de Siria y su impacto en la geopolítica mundial aún está por definirse, pero lo que queda claro es que el camino será largo y complejo.