La triste despedida de Pepe Mujica al revelar que su cáncer se expandió
El histórico dirigente uruguayo, de 89 años, le pidió a los médicos que no lo hagan “sufrir al pedo”.
- Volanta: "Hasta acá llegué"
En abril de 2024, el ex presidente de Uruguay, José Mujica, reveló públicamente que padecía cáncer de esófago. La noticia causó gran conmoción a nivel mundial, y varios líderes políticos de renombre se pusieron en contacto con él para expresarle su apoyo. Mujica, quien pasó por 32 duras sesiones de radioterapia, parecía haber superado la enfermedad inicialmente, ya que el tumor desapareció. Sin embargo, su estado de salud ha empeorado y las noticias más recientes no son favorables.
El cáncer de esófago, que originalmente solo afectaba a su esófago, se ha diseminado ahora a otras partes de su cuerpo. Fue él mismo quien compartió esta triste actualización en una entrevista, durante la cual se encontraba en su hogar, acompañado de su esposa, Lucía Topolansky, y visiblemente emocionado. "El cáncer en el esófago me está colonizando el hígado. No lo paro con nada. ¿Por qué? Porque soy un anciano y porque tengo dos enfermedades crónicas. No me cabe ni un tratamiento bioquímico ni la cirugía porque mi cuerpo no lo aguanta", explicó Mujica.
El ex mandatario confesó que no tiene intención de someterse a nuevos tratamientos. Ya le ha solicitado a los médicos que lo dejen tranquilo y que no lo hagan sufrir innecesariamente. "Que me pichicateen y cuando me toque morir, me muero. Así de simple como te lo digo. Estoy condenado, hermano. Hasta acá llegué", afirmó con sinceridad a la revista.
Conocido por ser una de las figuras políticas más queridas de Uruguay, junto al actual presidente Luis Lacalle Pou, Mujica ahora se considera un “viejo en el final” y lo único que le interesa es disfrutar de su vida en la chacra, siempre que su salud se lo permita. Durante la entrevista, se despidió emocionalmente de su gente, manifestando su deseo de despedirse de los uruguayos: "Lo que quiero es despedirme de mis compatriotas. Es fácil tener respeto para los que piensan parecido a uno, pero hay que aprender que el fundamento de la democracia es el respeto a los que piensan distinto. Por eso, la primera categoría son mis compatriotas y de ellos me despido. Le doy un abrazo a todos", expresó, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.
Asimismo, dejó claro que su influencia política ya no es la misma. Aunque sigue siendo cercano a su círculo político, Mujica aseguró que ya no toma parte activa en las decisiones importantes: "Ahora, tengo mis simpatías y cuando puedo dar una manito, la doy. Pero no soy un viejo consultor, que me tienen que pedir permiso", comentó.
Mujica también dejó en claro que no dará más entrevistas ni participará en eventos públicos. "Lo que pido es que me dejen tranquilo. Que no me pidan más entrevistas ni nada más. Ya terminó mi ciclo. Sinceramente, me estoy muriendo. Y el guerrero tiene derecho a su descanso", afirmó con contundencia.
Aunque ya no está en la palestra política, el ex presidente sigue siendo una figura clave en la opinión pública. A pesar de su salud delicada, sus opiniones siguen teniendo peso, y fue una figura decisiva en el apoyo político a Yamandú Orsi, quien asumirá la Presidencia en marzo de 2025.
Ahora, Mujica prefiere mirar hacia atrás con una visión de cierre. “La vida me dio muchos premios”, expresó, señalando que el mayor de estos es haber llegado a los 90 años en pocos meses. “Mirás la vida que he tenido, es un desastre”, agregó con su habitual franqueza.
En las recientes elecciones, el Movimiento de Participación Popular (MPP), liderado por Mujica, logró una victoria histórica, y tendrá una importante representación en el próximo gobierno. Él se siente "orgulloso" de este logro, lo que le brinda la paz para marcharse "tranquilo y agradecido".
A pesar de su enfermedad, Mujica sigue recorriendo su chacra a bordo de su tractor y se ocupa de organizar todo para el futuro. La propiedad está a nombre de su esposa, y será heredada por su sector político. Para las futuras generaciones, compró un tractor de 28 mil dólares, asegurándose de que tengan "fierros nuevos".
Finalmente, Mujica sabe que su final se acercará en la chacra, y su deseo es ser enterrado allí, junto a su fiel perra Manuela, en el mismo lugar donde pasó tantos años de su vida.