Juan Pablo I: 33 Días de papado y la muerte que nadie explicó
El fallecimiento del Santo Padre dejó más preguntas que respuestas. La falta de autopsia y las versiones contradictorias sobre su deceso siguen alimentando teorías.

- Volanta: Infarto y silencio
El 28 de septiembre de 1978, el Papa Juan Pablo I, conocido como "el Papa sonriente", fue hallado muerto en su habitación del Vaticano, solo 33 días después de haber sido elegido pontífice. Su muerte inesperada provocó un sinfín de especulaciones y dejó al mundo con más preguntas que respuestas.
La versión oficial indica que el Papa falleció a causa de un infarto de miocardio. Sin embargo, los detalles de su muerte no encajan del todo. Sor Vincenza Taffarel, la religiosa que atendía al Papa, fue la primera en encontrarlo muerto en su cama. Sin embargo, versiones contradictorias sobre el momento en que se descubrió el cuerpo y la rapidez con la que se embaló, hicieron que muchos cuestionaran esa explicación.
La decisión de no realizar una autopsia
Uno de los aspectos más polémicos fue la decisión del Vaticano de no realizar una autopsia. Esto abrió la puerta a teorías de un posible envenenamiento, un complot dentro de la Iglesia, o incluso un asesinato. La rapidez con la que se embalsamó el cuerpo y las declaraciones contradictorias de los testigos aumentaron las dudas. Sin una investigación independiente, el misterio se profundizó aún más.
¿Por qué sigue siendo un misterio?
La falta de transparencia y las acciones poco claras del Vaticano alimentaron las teorías conspirativas. A pesar de los intentos de algunos periodistas y expertos por esclarecer los hechos, como el trabajo de Stefania Falasca en 2017, el caso de Juan Pablo I sigue siendo un tema de debate. Su papado tan breve y su muerte repentina continúan siendo una de las grandes incógnitas en la historia reciente de la Iglesia Católica.