Giro histórico en Irán: dejarán de castigar a mujeres por no usar hiyab
Una medida inesperada sacude décadas de control religioso y abre el debate por la libertad femenina.

- Volanta: Fin de imposición
En una decisión que sacudió al mundo musulmán y atrajo la atención internacional, Irán suspendió la aplicación de la ley que obligaba a las mujeres a usar el hiyab en espacios públicos. La medida, confirmada el 1° de junio por el presidente del Parlamento, Mohamed Bagher Ghalibaf, representa un giro histórico en uno de los países con más restricciones hacia la libertad femenina. Aunque no implica una derogación formal, el paso es visto como un símbolo de apertura frente a años de protestas.
Décadas de control y represión
Desde 1979, cuando triunfó la Revolución Islámica, el uso del velo fue obligatorio por ley en Irán. La llamada policía de la moral patrullaba las calles y aplicaba duras sanciones a quienes no respetaran el código de vestimenta. Esta política fue fuertemente denunciada por organismos de derechos humanos y provocó múltiples protestas, que se intensificaron tras la muerte de Mahsa Amini en 2022, una joven detenida por supuestamente no llevar el velo “correctamente”.
La noticia no solo generó eco por su impacto interno, sino también por cómo fue compartida con el mundo. En la televisión francesa, la activista Henda Ayari apareció sin velo, enviando un mensaje potente. “Este gesto es para que millones de mujeres sepan que no están solas, que pueden vivir libres y orgullosas”, declaró. Su imagen sin hiyab se volvió viral en redes sociales, siendo celebrada como un símbolo de valentía y esperanza.
Una ley aún en pausa
Aunque ya no habrá sanciones para las mujeres que no usen hiyab, la ley sigue vigente. Esto quiere decir que, si el régimen lo considera oportuno, podría restaurar la obligatoriedad en cualquier momento. Por eso, muchas organizaciones insisten en que no se trata de una liberación definitiva, sino de un primer paso que podría quedar en el aire si no se traduce en reformas más profundas.
Esta medida representa una victoria parcial para las mujeres iraníes y para el feminismo local, que durante años se manifestó en las calles, en redes sociales y en actos de desobediencia civil. Para muchas, quitarse el velo fue más que un gesto estético: fue un acto político. Ahora, el escenario cambia y muchas se sienten menos vigiladas, aunque siguen luchando contra otras formas de represión que aún persisten.