El Gobierno de Trump autorizó arrestos de inmigrantes en hospitales, iglesias y escuelas

Bajo la administración de Donald Trump, el Gobierno de Estados Unidos autorizó la detención de migrantes en lugares considerados previamente como “protegidos”, tales como escuelas, hospitales e iglesias. Esta nueva directiva cambia las normativas de la administración anterior, liderada por Joe Biden, que instaba a las autoridades migratorias a evitar realizar “redadas” en estos espacios o en sus cercanías.

El Gobierno justificó esta acción al señalar que otorga mayores facultades a los oficiales de migración para “hacer cumplir las leyes” y arrestar a aquellos que se considera “criminales extranjeros”. Un portavoz del DHS expresó en un comunicado que "esta acción faculta a los valientes hombres y mujeres de CBP (Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza) y ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas) para hacer cumplir nuestras leyes de inmigración y atrapar a los extranjeros criminales, asesinos y violadores, que han entrado ilegalmente en nuestro país". Según el DHS, estos criminales se “esconden en las escuelas y las iglesias” con el fin de evadir su arresto.

La directiva fue emitida por el secretario en funciones del DHS, Benjamine Huffman, el lunes, y se produce al día siguiente de la toma de posesión de Trump, quien había prometido durante su campaña llevar a cabo una de las mayores campañas de deportación de migrantes en la historia de Estados Unidos. La medida anula una disposición del Gobierno de Biden que había sido implementada en 2021, la cual restringía las acciones de los agentes de migración en algunos de estos lugares, a menos que contaran con la autorización de un superior.

Entre los lugares considerados "protegidos" en la directriz de Biden se incluían no solo las escuelas y hospitales, sino también lugares de culto, albergues para víctimas de violencia doméstica, funerales, manifestaciones y centros de ayuda tras desastres naturales. El objetivo de esta normativa, según el memorando de 2021, era evitar que las personas migrantes se sintieran reacias a asistir a estos lugares donde se ofrecen servicios esenciales. El documento especificaba que “podemos cumplir con nuestra misión sin negar o limitar el acceso de los individuos a la comida, el albergue o la fe”.