Tristeza en la redes sociales por el fallecimiento del burro que inspiró al mítico personaje
El asno padecía una condición incurable y sufrió un deterioro significativo en su salud, lo que comprometió su calidad de vida y capacidad de recuperación.
- Volanta: Shrek
Perry, el burro miniatura que inspiró al famoso personaje de "Burro" en las películas de Shrek, ha fallecido a los 30 años. Nacido en 1994 en Nueva York, Perry se convirtió en una figura entrañable para los residentes de la ciudad y los visitantes de la zona, gracias a su naturaleza amigable y su actitud cariñosa. Fue en el santuario Barron Park Donkey (BPD) en Palo Alto, California, donde pasó gran parte de su vida, siendo conocido no solo por su personalidad, sino también por su contribución al mundo del cine.
La triste noticia sobre su deceso fue compartida a través de las redes sociales del santuario, que lamentó profundamente la pérdida de un miembro tan querido. En la publicación, se expresaba el dolor por la partida de Perry y se mencionaba lo mucho que significaba para la comunidad. El santuario también compartió fotografías de él, reflejando su importancia en la vida local.
Perry había estado lidiando con laminitis, una enfermedad crónica y dolorosa que afecta a los burros, causando inflamación en sus cascos y, en casos graves, daños irreparables. Aunque no tiene cura, sus cuidadores le ofrecieron todo su amor y atención durante sus últimos días, dedicándose a acariciarlo, cantarle y decirle que siempre sería querido.
El santuario también recordó que Perry fue una fuente de inspiración para los animadores de Shrek. En 1999, fue visitado por los creadores de la película, quienes lo observaron detenidamente para capturar los movimientos y características de un burro real. Estos detalles fueron fundamentales para dar vida al icónico personaje de "Burro" en la saga de películas animadas. A pesar de su participación clave, Perry nunca fue acreditado en los títulos de la película.
Cómo fue su vida
Su historia se remonta a 1997, cuando llegó al Barron Park como parte de un esfuerzo para calmar a unos ponis de polo, pero debido a su comportamiento travieso, terminó encontrando un nuevo hogar en el santuario. Desde entonces, fue un miembro querido de la comunidad y un símbolo de alegría.
Perry fue un verdadero tesoro para Barron Park, y su cuidado dependía completamente de las donaciones y el apoyo de la comunidad local. Cada año, los costos de su mantenimiento superaban los 25,000 dólares, y con los gastos médicos, esta cifra ascendía a más de 40,000 dólares. Aunque ya no esté físicamente presente, el legado de Perry perdurará en las memorias de todos aquellos que lo conocieron y se convirtieron en parte de su vida.
En redes sociales, la comunidad expresó su tristeza por su partida, con muchos comentarios recordando su presencia y la huella que dejó en todos. "Una parte preciada de crecer en Barron Park han sido los burros. Extrañaremos mucho a Perry", comentó un vecino, mientras que otros agradecieron a los cuidadores por su dedicación hacia estos animales.