Volvemos una vez más sobre el delicado tema de la pobreza. Es que nos avergüenza que en un país con enormes recursos potenciales la pobreza alcance a más de la mitad de la población.
Los últimos datos que se dieron a conocer fueron los del Indec: el 55% de los argentinos se encuentra en situación de pobreza; y si se tiene en cuenta los menores entre 12 y 17 años situados en el conurbano bonaerense, dicho porcentaje se eleva al 70%. Lo que equivale a pronosticar un muy mal futuro para una enorme masa de argentinos que hoy no cubren sus necesidades básicas.
La oposición achaca al actual gobierno el problema, sin embargo, bien vale reconocer que han sido las políticas de varios gobiernos en los últimos veinte años, básicamente kirchneristas, los que han generado esta infame situación. Y bien vale también tomar conciencia de que las políticas asistencialistas no han servido para combatir la pobreza.
Según estimaciones del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA) en base a los datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) publicados por el Indec, la pobreza aumentó al término del primer semestre del año al 55,5% de la población y la indigencia al 17,5% en el mismo período. A fines del 2023, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el Índice de Pobreza alcanzaba al 41,7% de los habitantes, entre los cuales 11,9% eran indigentes.
"La inseguridad alimentaria total para áreas urbanas relevadas por la encuesta del ODSA-UCA, alcanza al 24,7% de las personas, al 20,8% de los hogares y al 32,2% de los niños, niñas y adolescentes” Por otra parte, “se encuentran en una situación aún más grave, con inseguridad alimentaria severa el 10,9% de las personas, el 8,8% de los hogares y el 13,9% de los niños, niñas y adolescentes.”. El Observatorio indica que “los elevados valores de privaciones alimentarias que sufre la población tratan de ser compensados con acciones realizadas desde los diferentes niveles del Estado”.
Es de esperar que el actual ajuste de las cuentas públicas que se trasunta en un enorme sacrificio que hace una gran parte de la población, rinda sus beneficios y la situación se revierta para siempre. Para esto es necesario una fuerte reactivación de la economía, algo que todos anhelamos y bien vale desear que sea pronto y firme.