Lejos quedaron los violentos disturbios del miércoles pasado cuando la marcha de los jubilados fue cooptada por sectores políticos de izquierda, algunos sindicalistas, el campismo y barras bravas mercenarias.

El operativo de seguridad montado ayer impidió la llegada de los manifestantes al Palacio del Congreso. No se registraron incidentes graves solo hubo algunas escaramuzas aisladas con la Policía y entre los propios manifestantes que afirmaban identificar “infiltrados” o “provocadores” entre los asistentes.

Se reclamó por el fotógrafo Grillo, víctima de una granada de gas que impactó en su cabeza durante la movilización del miércoles anterior y hubo una detención por la agresión a un periodista. Las organizaciones convocantes dieron un discurso en la plaza reivindicando la movilización, reclamando la renuncia de Patricia Bullrich y a la CGT un paro general.

Al atardecer comenzó la desconcentración. Primero se fueron los sindicatos y luego las organizaciones sociales. Las agrupaciones de izquierda llegaron primero y se fueron últimas. La plaza quedó con muy poca gente. Todos advertían el cambio de un miércoles a otro: no hubo corridas, ni escopetazos, ni contenedores de basura, patrulleros o autos quemados. Fue una marcha pacífica. Patricia Bullrich, anoche, pudo dormir en paz.

En el Congreso, el gobierno logró que se apruebe el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que lo habilita a firmar un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). En la Casa Rosada están seguros de que esto les facilitará seguir estabilizando la economía y posiblemente liberar el cepo, aunque todavía no se conocen los detalles del entendimiento.

Tampoco se sabe el monto que desembolsaría el organismo multilateral, pero se anticipa que ese dinero se usará para pagar deuda que el Tesoro tiene con el Banco Central.

El resultado fue de 129 votos a favor, 108 en contra, 13 ausencias y 6 abstenciones. El gobierno necesitaba mayoría simple, es decir 119 votos. De los 9 diputados tucumanos 7 votaron a favor y solo 2 en contra.