Rasgos de autoritarismo en el presidente Milei
Javier Milei está sumando significativos logros en la macroeconomía, esto es fácilmente reconocible, y logros también en el campo gremial, en el de los movimientos sociales y en política internacional, pero a muchos nos preocupa su estilo desenfadado y casi autoritario y a veces actuando con excesiva torpeza.
Sus colaboradores lo sufren, como es el caso del ex jefe de Gabinete, Nicolás Posse, estrecho colaborador y amigo del presidente, el de la ex Canciller Diana Mondino, o el de la Vicepresidenta Victoria Villarruel, que no puede ser desplazada por ser un cargo electivo. Javier Milei deberá entender que tiene que convivir con su vice tres años más.
Guillermo Ferraro, exministro de Infraestructura: fue el primero en abandonar la gestión, después de que lo acusaran desde Casa Rosada por filtraciones a la prensa. Mario Russo, exministro de Salud: renunció por “razones personales”, luego de una gestión de bajo perfil y de doble comando con el actual titular de la cartera, Mario Lugones.
También fueron expulsados otros funcionarios como Osvaldo Giordano: ex titular de la ANSES, Silvestre Sívori, ex interventor de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) Marcelo Papandrea, ex titular de AySA y Eduardo Rodríguez Chirillo, ex secretario de Energía.
Ahora les tocó el turno al Embajador en España Roberto Bosch y al Cónsul general en Nueva York, Martín Piñeiro Aramburu. No viene al caso analizar si estos cometieron faltas graves o no, lo cierto es que el gobierno de Milei parece una trituradora de funcionarios.
El desplazamiento del Jefe de la fuerza aérea, según lo conocido, se debió al uso incorrecto de los aviones y otras faltas inadmisibles en un militar que llega a la cumbre de su fuerza, pero todo va sumando y como ya hubo otros funcionarios que los deglutió la administración libertaria, hay justificado temor de que el mero ejercicio del cargo con meridiana libertad de pensamiento, sea suficiente motivo para ser expulsado.
Mas de 30 son los funcionarios de alto rango desplazados en menos de un año, muchos de ellos personas muy calificadas o de estrecha confianza de Milei. Las tensiones políticas y conflictos con el “triángulo” de poder de la presidencia, que incluye a Karina Milei y al asesor Santiago Caputo, provocan este tipo de desenlaces. Estas expulsiones sugieren falta de cohesión en la dirección del Poder Ejecutivo, y una inestabilidad en la cadena de mando.
El presidente debería cuidar de no empañar su gestión con actitudes poco democráticas y autoritarias. Debe mantenerse firme en el marco que le da la constitución nacional y las leyes. Así sus éxitos tendrán mucho más brillo.