Ambos quieren un Estado desregulado y con injerencia mínima en la vida social y económica. Un Estado liviano y eficiente.

Pero cuidado, el pensamiento de ambos difiere significativamente en algunos aspectos de la economía, mientras Trump se muestra y actúa con sentido proteccionista y pro-industrialista, Milei, por el contrario, se presenta como un defensor del libre mercado y el liberalismo económico.

Donald Trump, advirtió en el Foro de Davos a todas las empresas del mundo que deben invertir y producir en su país o pagar un arancel. “Mi mensaje para todas las empresas del mundo es simple: vengan a fabricar sus productos a Estados Unidos y se beneficiarán de unos impuestos entre los más bajos del mundo. Pero si no los producen en Estados Unidos, y están en su derecho, entonces, simplemente, tendrán que pagar aranceles”, declaró Trump por videoconferencia.

Los economistas advierten que un aumento de los aranceles que cobra Estados Unidos a sus importaciones tendrá un impacto directo en la inflación, y además terminará golpeando el bolsillo de los consumidores norteamericanos, que son en última instancia quienes terminarán pagando el alza de impuestos. Trump lo reconoció, sabiendo que los aranceles pueden llegar a elevar el costo de vida.

Milei fundamenta su plan económico en reducir la inflación y con tal propósito ancla el dólar y abre las fronteras del país, muy cerradas, por cierto.

Trump anunció el retiro de su país de la Organización mundial de salud, Milei, ni corto ni perezoso, buscando ser un espejo del norteamericano, hizo un anuncio similar. Pero Argentina no es EE.UU., el país del norte del continente paga a la OMS mucho más de lo que recibe, Argentina recibe mucho más de lo que paga.

 El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, aseguró que su reunión en el salón Oval de la Casa Blanca con el presidente de EE.UU. Trump y el vicepresidente J. D. Vance “no fue como se suponía que debía ser”, calificando el acalorado encuentro de “lamentable” y señalando que su país está dispuesto a negociar el fin del conflicto. Durante la reunión, le acusaron airadamente de “jugarse la Tercera Guerra Mundial” y diciéndole: “Su país está en graves problemas”. Zelensky declaró luego que “ninguno de nosotros quiere una guerra interminable”, añadiendo “Ucrania está dispuesta a sentarse a la mesa de negociaciones lo antes posible para acercar una paz duradera. Nadie quiere la paz más que los ucranianos”.

 Milei buscando estar en “onda” con Trump, ordenó abandonar la postura que Argentina había mantenido hasta ahora en el conflicto desde la asunción de Milei y se abstuvo de votar una resolución de la ONU, que reclama la salida “de inmediato y sin condiciones” de las tropas del Kremlin de Ucrania. La resolución fue aprobada en la Asamblea General del cuerpo por 93 votos a favor, 18 en contra y 65 abstenciones.

 Milei no consideró la posición que viene manteniendo nuestro país, junto con Europa, el mismo EE.UU. y el resto del mundo libre, de condenar la invasión de Ucrania por la Rusia de Putin, y el gesto del líder ucraniano Zelensky de venir desde su lejano país para asistir a su ceremonia de asunción.

 ¿Acaso Milei no tiene pensamiento propio que actúa como un reflejo del presidente norteamericano? Nuestro país, a lo largo de su historia, salvo contadas excepciones, actuó siempre con independencia de criterio y cuidando los intereses de la Nación. Es un camino que no debe abandonar Javier Milei.