La guerra en Ucrania adquiere nuevas dimensiones
Al invadir Ucrania en febrero del 2022, Putin creyó que en pocas semanas la guerra concluiría con un colosal triunfo de las tropas rusas.

- Volanta: Rafael Bulacio
Quizás pasó por su mente la guerra relámpago de Hitler, la Blitzkrieg, que en solo seis semanas logró llegar a París y ocuparla. Claro está que Putìn no tenía ni tiene un general Heinz Guderian principal estratega y teórico detrás de la guerra relámpago.
Han pasado más de tres años desde que tanques, aviones, misiles, aviones no tripulados y tropas terrestres rusas penetraron en Ucrania, ocupando hasta el 27% del país en un primer momento. Desde entonces, Ucrania ha recuperado aproximadamente la mitad del territorio arrebatado. Sin embargo, la guerra sigue su curso, con las fuerzas ucranianas resistiendo los incesantes ataques rusos, mientras los diplomáticos trabajan con sus socios en Europa y Estados Unidos para negociar un final justo y estable de la guerra.
Zelenski, el presidente ucraniano, busca posicionarse de la mejor manera para lograr un alto el fuego favorable para su país. Es así como Ucrania ha intensificado sus ataques dentro del territorio ruso, marcando un cambio significativo en la dinámica del conflicto. Estas operaciones buscan debilitar la capacidad militar rusa, afectar su infraestructura crítica y trasladar el conflicto al interior de Rusia y como lo expresáramos, posicionarse mejor para las conversaciones de paz.
Uno de esos ataques ha sido desastroso para Rusia. Ucrania ejecutó una operación coordinada que involucró el lanzamiento de 117 drones explosivos desde camiones dentro de Rusia. Los ataques simultáneos alcanzaron cinco bases aéreas, destruyendo al menos 41 aeronaves, incluidos bombarderos estratégicos con capacidad nuclear. Esta acción, planificada durante 18 meses, representó una pérdida estimada de más de 7.000 millones de euros para Rusia y generó conmoción entre la población rusa, que por primera vez sintió la guerra en su propio territorio.
Otra acción de Ucrania fue el ataque sorpresa contra el puente de Kerch, que conecta Crimea con el territorio ruso. La ofensiva incluyó una explosión submarina y el uso de drones marinos, provocando cierres temporales del puente. Este ataque se suma a una serie de sabotajes ucranianos contra infraestructuras rusas y ha sido defendido por el presidente Zelenski como necesario para trasladar la guerra al territorio ruso.
En apenas dos semanas, Ucrania ha dañado severamente la logística militar rusa con una secuencia de golpes diseñados como relojes suizos y ejecutados con una gran eficacia estratégica. Zelenski busca debilitar la capacidad militar rusa y llevar el conflicto al interior de Rusia. Sin embargo, también aumentan el riesgo de una escalada mayor de la guerra y generan preocupaciones sobre las posibles represalias rusas.
El fin de la guerra dependerá de un delicado equilibrio entre las estrategias militares, las sanciones económicas y los esfuerzos diplomáticos. Como muchos lo expresan, la comunidad internacional debe actuar con responsabilidad para evitar que este conflicto bélico devenga en una tragedia de mayores proporciones.