Israel y el Líbano acordaron un alto el fuego
Al fin una buena noticia sobre la guerra en Oriente Medio, Israel y el Líbano acordaron un alto el fuego por 60 días para poner fin al conflicto con Hezbollah.
Lo anunciaron el presidente de los EEUU, Joe Biden y el de Francia, Emmanuel Macron y comenzará este miércoles a las 4 de la mañana.
El acuerdo se dará en tres etapas: una tregua seguida del repliegue de las fuerzas del grupo shiíta al norte del río Litani; una retirada total de las tropas israelíes del sur de Líbano, y finalmente negociaciones entre Israel y Líbano sobre la demarcación de su frontera, que en la actualidad es una línea fijada por la ONU tras la guerra de 2006.
Biden en el discurso de anuncio señaló “Desde que la guerra de Hezbollah comenzó mas de 70.000 israelíes fueron forzados a vivir como refugiados en su propio país y 300.000 libaneses fueron forzado a vivir como refugiados en su propio país”
Recordó que si Hezbollah ataca, Israel mantiene el derecho a la defensa. “La batalla entre la frontera de Libano e Israel va a finalizar” dijo el presidente norteamericano. “Esto esta diseñado para que sea un permanente cese de hostilidades”. Y continuó “Lo que ha quedado de Hezbollah y otras organizaciones terroristas no tendrán permitido amenazar la seguridad otra vez”, señaló.
Sin entrar en detalles el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu anunció que su gabinete de seguridad aceptó una tregua, al tiempo que amenazó con reanudar los combates si Hezbollah no la respeta.
Desde el artero ataque contra Israel del 7 de octubre del año pasado, Israel libra una guerra en dos frentes: contra Hezbollah en el Líbano y contra Hamás en Gaza. Esta última sigue su curso sin una tregua a la vista.
La diferencia clave entre el acuerdo de alto el fuego en el Líbano y la falta de éste en Gaza es que Hezbollah dejó las negociaciones en manos del gobierno libanés, mientras que Hamás lidera las negociaciones en Gaza y se niega a ser representado por la Autoridad Palestina en Ramallah.
Como consecuencia de la guerra, Gaza, transita una crisis alimentaria catastrófica con un riesgo creciente de hambruna. La crisis se deriva de los ataques aéreos israelíes, que han destruido la infraestructura de la industria alimentaria gazatí, incluidas panaderías y molinos harineros, así como de una escasez generalizada de suministros esenciales, debido en gran medida al bloqueo israelí de la entrada de alimentos.