El conflicto en oriente medio se agrava día a día y va camino a transformarse en una guerra abierta. Irán lanzó unos 200 misiles y aviones no tripulados contra Tel Aviv y otras ciudades israelíes. La llamada “cúpula de hierro” impidió que estos misiles produjeran víctimas y daños mayores. Solo se registraron dos heridos leves por metralla en la zona de Tel Aviv y algunos heridos intrascendentes en todo el país. Los Guardianes de la Revolución, la fuerza de élite del país persa, informó que el bombardeo fue en venganza por la muerte de los jefes de Hezbollah y Hamás. Mientras tanto, sigue la incursión terrestre israelí en el Líbano.
La Casa Blanca sigue de cerca el conflicto, el presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris estaban monitoreando el escenario desde la sala de situación y recibían actualizaciones periódicas del Consejo de Seguridad Nacional. Biden ordenó al Ejército estadounidense que ayude a la defensa de Israel y derribe los misiles dirigidos contra su aliado. Los misiles lanzados ayer contra Israel, según dijo el portal Ynet, son solo el principio de una nueva fase de la guerra. En abril último, el primer ataque iraní sobre territorio israelí no provocó víctimas fatales ni daños graves. Israel entonces, fuertemente presionado por la Casa Blanca, optó por no responder.
Pero esta vez es muy difícil que Israel no responda, el portavoz militar israelí, Daniel Hagari, fue contundente: el ataque iraní “tendrá consecuencias. Tenemos planes y actuaremos en el momento y lugar que elegimos”
Los barcos y aviones estadounidenses ya están posicionados en la región para ayudar a Israel en caso de nuevos ataques de Irán. Hay tres destructores de la Armada en el Mediterráneo, un portaaviones en el golfo de Omán y aviones de combate repartidos por toda la región. Todos pueden derribar misiles.
Para los iraníes el ataque de ayer sobre territorio israelí responde a “los derechos legales del país y las leyes internacionales” refiriéndose al derecho de defensa de cualquier país frente a un ataque extranjero.
Difícilmente Israel deje de responder a este nuevo ataque, no obstante, los reclamos en este sentido del gobierno norteamericano para no extender el conflicto. La virtual regionalización del conflicto abrió un peligroso escenario de confrontación directa entre Irán e Israel, dos enemigos acérrimos que no comparten una frontera común. Irán tiene un poderoso ejército, y es un país mucho más grande que Israel. Su población (cerca de 89 millones) es casi diez veces mayor que la de Israel (casi 10 millones). También tiene alrededor de seis veces más soldados en servicio que Israel. Hay 600.000 soldados activos en Irán, mientras que Israel tiene 170.000. Pero EE. UU. no dejará solo a su principal aliado en la región y está pronto a auxiliar a Israel en este trance que, de hecho, es ya una guerra abierta.