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Hoy los abogados celebran su día. La fecha fue elegida para honrar a nuestro ilustre comprovinciano Juan Bautista Alberdi, paradigma de abogado y el ideólogo de nuestra Constitución. Para aquellos que opinan que los tiempos cambian y debemos también cambiar con los tiempos, les respondemos que el pensamiento de Alberdi a un siglo y medio de distancia, tiene hoy plena vigencia. Y de frente a la colosal crisis que nos agobia, entendemos que hay que volver a sus fuentes, releerlo y aplicar su pensamiento, que no ha perdido actualidad ni fuerza. Y esta recomendación deberíamos formularla especialmente para muchos de nuestros coetáneos, que opinan, discurren y tratan de aplicar fórmulas que se oponen a la concepción política, económica, jurídica y cultural de la Carta Magna. Buen observador del país e imbuido del pensamiento más avanzado de su tiempo, tomó conciencia, tras la caída de la tiranía rosista, de la oportunidad que se presentaba de darnos una Constitución moderna, republicana y que fijara un proyecto de Nación. Por eso, trabajando incansablemente, Alberdi se apresuró en redactar su gran obra, Bases y Puntos de Partida para la Organización Política de la República Argentina, que sirvió de inspiración y guía a los Constituyentes de 1853. Por si esto no fuera suficiente, el gran tucumano, redactó un segundo libro que tituló El sistema económico y rentístico de la Confederación Argentina, donde explica que la Constitución afirma la libertad en el orden económico, la libertad de trabajo y de industria, y el respeto a la propiedad y a los capitales, porque era el único medio de combatir el desierto, la pobreza y el atraso. El momento que nos toca vivir es, en cierta forma, similar al del período previo de nuestra organización, que comienza efectivamente en 1860. Tenemos un país destruido en sus bases políticas, económicas y morales. Pero reconocemos que existen algunas ventajas sobre aquellos prohombres del pasado que levantaron de la nada una gran Nación, Argentina no es un cadáver, solamente está enferma. Para curarse de los males que la aquejan la Patria requiere de amor, de mucho amor de todos sus hijos, los argentinos y, muy especialmente, de los que han tenido la posibilidad de instruirse y ser hoy calificados ciudadanos. El actual presidente Milei, es un firme defensor de las ideas de Alberdi, pero debería tomar conciencia el libertario, que a Alberdi no solo se lo honra reconociéndolo en los aspectos económicos, sino también en los institucionales, que él mismo estableció al inspirar a los constituyentes de 1853. Y para concluir escuchemos nuevamente al prócer “ El desarrollo, (...) es el fin, la ley de toda la humanidad: pero esta ley tiene también sus leyes. Todos los pueblos se desarrollan necesariamente, pero cada uno se desarrolla a su modo; porque el desenvolvimiento se opera según ciertas leyes constantes, en una íntima subordinación a las condiciones del tiempo y del espacio”.