Claro está que estas fechas sirven para que todo el arco opositor al gobierno, entre ellas organizaciones sociales, partidos políticos, dirigentes gremiales y sindicatos, y hasta curas villeros, las aprovechen intentando llevar agua a sus molinos.

El gobierno por su parte difundió un video producido por Agustín Laje, donde se pone foco en la violencia de Montoneros y el ERP en los años muy dolorosos que vivimos los argentinos. Desmiente la cifra de los 30.000 desaparecidos y muestra al exmilitante Luis Labraña, quien se adjudica la autoría de la cifra difundida oficialmente, que sostiene que “la mentira era necesaria” para conseguir dinero para las Madres de Plaza de Mayo.

En el video se recuerda que Montoneros y el ERP accionaron contra el gobierno democrático de Isabel Perón y que “en febrero y en octubre de 1975, el gobierno de Isabel Perón ordenó por medio de dos decretos del Poder Ejecutivo las operaciones militares y de seguridad que sean necesarias a los efectos de Aniquilar el accionar de los elementos subversivos". Y Laje afirma que “La historia debe contarse completa o se convierte en un instrumento de manipulación política”

No caben dudas de que una gran parte de la sociedad espera un reconocimiento a las víctimas de la guerrilla subversiva. La Vicepresidente Victoria Villarruel, afirma que "el dolor se convirtió en un relato manoseado por aquellos que reivindican a quienes pusieron bombas, secuestraron y ensangrentaron el país con una revolución que ningún argentino quería"."Sus 17.380 víctimas fueron ocultadas, desaparecidas de la historia en beneficio de un grupo de violentos que originó el dolor que nunca termina de cerrarse". Se estima que la guerrilla asesinó a 1094 personas. Todos ellos no recibieron, ni sus familias, resarcimientos económicos ni de ningún tipo. Al contrario de los miembros de las organizaciones guerrilleras que cobraron suculentas indemnizaciones.

Los tucumanos no nos olvidamos del cobarde asesinato del Capitan Humberto Viola y de su pequeña hija Maria Cristina ametrallados al llegar a la casa de sus padres. O el del Coronel Argentino Del valle Larrabure que sufrió un cautiverio de 372 días en condiciones infrahumanas, que culminó con su muerte a manos de la organización Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) en 1975.

En el documento que leyeron el lunes se recordó que se cumplían 49 años del inicio del “golpe genocida” y leyeron un discurso que advierte: “No olvidamos, no perdonamos y no nos reconciliamos”, es el discurso del odio, el Coronel Larrabure por el contrario, desde su cautiverio, pedía el perdón de sus captores. A medio siglo de aquellos tiempos de sangre y lágrimas, todos deberíamos bregar para que cicatricen las heridas, que por muy dolorosas que sean, debe hacerse en beneficio de la reconciliación y de un futuro de paz para los argentinos.

Nota al margen: La Iglesia evalúa diferentes testimonios para determinar si Argentino del Valle Larrabure podría ser canonizado, es algo que traería cierta paz a su familia. El camino elegido sería el del martirio, lo que no exigiría la existencia de uno o dos milagros. En sus cartas desde su cautiverio, pedía por el perdón de sus captores. “Al decir que no odiáramos a nadie, internamente perdona a sus asesinos, porque sabe su final. Él ofrece -y eso es lo que analiza la Iglesia- su vida en pos de una Argentina mejor”, dice su hijo Arturo.