Argentina agrandó la brecha socioeconómica entre las escuelas públicas y las privadas
Argentina es el único país de la región que agrandó la brecha socioeconómica entre las escuelas estatales y privadas.

Este dato surge de un análisis del Observatorio de Argentinos por la Educación, que examina el origen socioeconómico de los estudiantes de siete países de América Latina: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú y Uruguay sobre la base de la información que entregan las pruebas PISA de 2012 y 2022. Allí se puede ver que la brecha de nivel socioeconómico disminuyó o se mantuvo en todos los países, salvo en Argentina.
El informe identifica tres tipos de escuelas. Las estatales mantuvieron más alumnos pobres y redujeron su desigualdad interna. Las privadas subvencionadas son cada vez más homogéneas, mientras que las privadas sin subvención consolidaron su perfil selectivo: alumnos de clase alta.
Argentina tiene la tasa neta más alta de asistencia a la escuela: el 94% de los chicos van a la escuela. Le siguen Perú (93%) y Chile (91%). Pero si bien el acceso a la secundaria mejoró, ese crecimiento no implicó una mayor integración entre alumnos de diversos extractos sociales, con las implicancias que eso tiene en la calidad educativa.
Los autores del estudio señalan que una de las principales causas del problema, es la migración de los sectores más favorecidos de la educación pública a la privada. Factores como paros docentes, ausentismo y el deterioro de la calidad educativa en muchas escuelas públicas fueron identificados como los impulsores de la gran migración, que tiende a dejar a los menos favorecidos concentrados en las escuelas estatales.
También explican que la segregación escolar surge en parte como consecuencia inevitable de la desigualdad general que existe en la sociedad. Aun si todas las escuelas del país ofrecieran el mismo servicio, la desigualdad influye en las ciudades y barrios en los que habitan las familias, alimentando la segregación residencial y a través de ella, la segregación escolar.
Nuestro país ha experimentado un incremento sustancial de la segregación residencial, con el surgimiento de countries y barrios cerrados, por un lado, y asentamientos informales y barrios populares por el otro. Esta desigualdad influye, pero no es lo único. La brecha de calidad educativa entre las escuelas también, dicen.
Argentina tuvo una educación pública de excelencia, todos los estamentos sociales se beneficiaban de la calidad educativa que proporcionaba el Estado. El gran motor de la educación pública en nuestro país fue Domingo Faustino Sarmiento, el maestro de América. Sarmiento impulsó La Ley 1420 de Educación Común, Gratuita y Obligatoria promulgada el 8 de julio de 1884. Esta ley estableció la obligatoriedad de la educación primaria y gratuita, y fijó las bases del sistema educativo nacional.
El legado sarmientino cayó en las manos de los sindicatos docentes, de Baradel y sus secuaces, que promovieron reiterados paros y acciones degradantes contra la escuela pública. Y acá estamos viendo los resultados. Gobiernos permisivos que jugaron junto a Baradel para destruir lo que nos identificara como la Nación con la mejor educación, para caer a lo que es hoy la escuela pública. Pareciera la derrota de Sarmiento a manos de Baradel.