El tipo de cambio real subió 17% desde que arrancó la flotación
Sin embargo, ya en el arranque de julio se sintió la mayor demanda y el viernes cerró a $1.260, completando una suba de 100 pesos o del 8% en solo diez días.

- Volanta: dólar
Antes de lo esperado el dólar salió de su letargo. Se esperaba una mayor presión más cerca de las elecciones por la tradicional dolarización de portafolio como cobertura. Sin embargo, ya en el arranque de julio se sintió la mayor demanda y el viernes cerró a $1.260, completando una suba de 100 pesos o del 8% en solo diez días.
Más notable todavía es el aumento del tipo de cambio real multilateral que mide diariamente el Central. Desde que se introdujo el sistema de bandas cambiarias con flotación, este indicador acumuló un incremento del 17 por ciento. Se trata de un dato muy poderoso, porque antes del arranque del nuevo esquema la mayoría de los economistas consideraba que el atraso cambiario era cercano al 20 por ciento. Siguiendo ese razonamiento, la mayor parte del recorrido alcista del dólar ya estaría completado.
Sin embargo, llamó la atención en la última semana que ni siquiera un gran volumen de liquidación del campo, que osciló entre USD 350 y 500 millones diarios, no alcance para equilibrar la cotización.
Dame dólares
La única conclusión posible es que la demanda se mantiene firme. La compra de dólares del público para atesoramiento se ubicó en mayo, por ejemplo, en niveles de USD 2.000 millones. Y el cobro del medio aguinaldo potenció las compras el mes pasado.
A eso se sumó la señal enviada por el JP Morgan, que antes del inicio de julio dio por finalizada su apuesta por bonos en pesos. El carry trade le dio una importante utilidad desde mediados de abril. Pero el mensaje fue contundente: la tasa cercana al 3% mensual no compensa el riesgo de una potencial suba del tipo de cambio.
Detrás del gran banco de inversión otros inversores habrían optado por la misma salida. Obviamente, ese desarme de posiciones también presiona sobre el tipo de cambio, aunque el volumen es más bien limitado: se estima que el stock total de bonos en pesos en manos de inversores extranjeros no superaba el equivalente a USD 2.500 millones en junio. Esto compara con los USD 30.000 millones del 2018, previo a la crisis cambiaria que sufrió el gobierno de Mauricio Macri.
Ayuda real
El ajuste cambiario de las últimas semanas se produjo con un par de datos alentadores. El primero es que no fue necesario un gran aumento del dólar para que el tipo de cambio real aumente casi 17% en dos meses. La mitad del trabajo la hicieron las monedas emergentes y de los países con los que comercializa la Argentina. El caso más claro es la recuperación del real, que pasó de 6 por dólar a principios de año a 5,40 en la semana que pasó.
Para la economía argentina la debilidad del dólar a nivel global es una gran noticia: mientras el peso se deprecia el resto de las monedas se aprecia y permite una mejora relevante de competitividad. Puesto de otro modo: Brasil en estas vacaciones de invierno ya no estará tan regalado para los argentinos, como sucedió en el verano. Y para los brasileños que lleguen a la Argentina los precios ya no estarán por las nubes.
El otro dato clave es que la suba del tipo de cambio real no gatilló grandes remarcaciones, al menos no por ahora. Es cierto que en junio la inflación rebotó, se estima que a niveles de 2%. Pero nada tuvo que con esto el aumento del dólar. Según el Relevamiento de Expectativas de Mercado que divulgó el viernes el Banco Central, se espera que la inflación se mantenga en un rango acotado de 1,5% a 1,7% mensual al menos hasta fin de año.
Después de muchos años todo indica que el traspaso de una suba del dólar a precios es sumamente acotado. Si bien es un proceso en desarrollo, podrían ensayarse algunas explicaciones: un consumo retraído podría ser una, pero también que el aumento de importaciones le pone un límite a la remarcación.